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Voto de Manospondylus:
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4,5
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Animación. Infantil. Fantástico
Elina es una hermosa hada de las flores que descubre que su hogar sufre una terrible enfermedad que está matando a todas los flores y haciendo que las hadas sean incapaces de volar. (FILMAFFINITY)
29 de febrero de 2020
3 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como considero que está bien ver películas de toda índole, procedencia, género, presupuesto y presunta calidad, sin prejuicio alguno (o, por lo menos, manteniéndolos a raya), en el día extra del año bisiesto he tenido el atrevimiento de visionar la trilogía de Barbie Fairytopia (sí, las tres) y ahora procedo a reseñar cada una de las partes de esta alocada saga de fantasía feérica a fin de prevenir a las buenas gentes curiosas, intrépidas o insensatas (como yo) que pululan por ahí, y que se puedan sentir atraídas por el deslumbrante y colorido despliegue de demencia que ofrece esta obra audiovisual del infierno.
Sinceramente, desde el principio la cosa no pintaba bien, pero, quién sabe, alguna vez me he llevado alguna sorpresa desconcertante y gratificante (por ejemplo, a finales de 2014 y tras un año de insistencia por parte de mi hermana pequeña me animé a ver Frozen con el firmísimo propósito de destrozarla con mucha crueldad, pero resultó que me encantó hasta niveles que no había previsto; y algo parecido me ha ocurrido varias veces desde entonces con otros filmes). Obviamente, este no ha sido el caso.
Pues resulta que la compañía juguetera Mattel, antes de vivir de la licencia de Jurassic Park/World (verídico, desde 2018) se especializaba principalmente en Barbies, la muñeca más famosa del mundo, con permiso de la articulación radiocarpiana (chiste lingüístico-anatómico malísimo, perdón), y buque insignia de dicha empresa juguetera aún a día de hoy (la prueba es que existen Barbies de Jurassic World), sobreviviendo a polémicas varias que no vienen al caso y a la feroz competencia de los juguetes de Frozen. Por ello, allá por los principios del siglo XXI, Mattel decidió comenzar a explotar la popularidad de su, valga la redundancia, popular muñeca con una serie de películas de animación digital 3D directas a vídeo que, además, también servirían de anuncio comercial para sus muñecas en un ciclo de retroalimentación infinito. ¿Qué podía salir mal?
Barbie Fairytopia es la 5ª de esas películas y la primera que parte de una idea original (no quiero decir que sea original en absoluto, sino que las anteriores eran adaptaciones de cuentos): Barbie, o sea, Elina es un hada sin alas (a saber por qué) que vive en la Pradera Mágica del mundo de Fairytopia, donde pasa sus días holgazaneando con una indescriptiblemente grotesca criatura llamada Bibble (al principio entendí "Bieber") mientras unas hadas extrañamente pequeñas le hacen bullying. O, según le dé, se pone a maltratar al Bieber tirándole cosas mientras su amiga Dandelion (seguramente el personaje con nombre más irrelevante de todos) no hace nada. También hay unos seres mitad flor sin ningún peso en la trama, y nada de lo que ocurre recibe justificación ni tiene trasfondo, a lo que hay que acostumbrarse porque toda la película es así. Un día, Topaz, la guardiana de la Pradera, es secuestrada por Laverna (la mala) quien, además, lanza un gas nocivo que impide que los seres alados vuelen (aunque funciona sólo según convenga a la historia) y pretende reunir a los guardianes de Fairytopia para robarles su poder y no sé qué; pues porque es mala y eso. También hay unos MacGuffins por ahí en la forma de unos collares y, cómo no, nuestra protagonista termina con uno de ellos por esos avatares del guion.
La trama (por llamarla de alguna manera) sigue a Barbie Sue, o sea, a Elina en su absurdo viaje a ningún sitio en particular, porque se limita a dar vueltas encontrándose con personajes varios (Azora, Nalu, Dalia...), muchas veces de casualidad, para hacer lo que le van diciendo, y escapando de los esbirros de Laverna (los hongos) sólo para meterse en su guarida y presentarse delante de ella (donde casualmente estaban todos los prisioneros, así que podría haberse ahorrado tanta huida), pudiendo solucionar todo con un deus ex machina legendario.
Los diálogos son tan rematadamente absurdos que ni Tip y Coll y los Monty Python juntos podrían superarlos. Frases como "Los amigos que no conozco aún" y "Tienes el arcoíris en los ojos" se vuelven motivos recurrentes a lo largo de la película porque quien escribiera el guion seguro que pensó que eran genialidades merecedoras de ser repetidas. Y hay un puñado de escenas dignas de análisis. En particular, destacaría una apenas trepidante escena de acción a la que llegamos cuando Elina se monta un parapente improvisado con una flor (teniendo en cuenta que parece algo completamente accidental, ¿qué demonios pretendía hacer Elina en ese momento?), sin olvidar la persecución con el "pájaro de fuego" (lo llaman así, pero no es de fuego) que revienta violentamente cuando se choca con un pedrusco (lo mejor es la mariposa sociópata gritando "¡Bravo!"), o cuando Elina y compañía se comen las branquialgas de Harry Potter para poder respirar bajo el agua durante una nada impactante (y cargada de una tensión sexual increíblemente incómoda entre Elina y el sireno Nalu) secuencia subacuática que sirve de anticipo de la secuela.
Los personajes... pues están ahí. Elina es la protagonista más unidimensional que recuerdo (un hada sin alas que quiere tener alas pero que no hace nada para tenerlas) y Bieber es la mascota más molesta de la historia (un bicho random que hace ruidos y que se utiliza terriblemente de alivio cómico). Los acompaña una mariposa gigante (o ellos son muy pequeños, no sé, la escala no es algo que quede claro) de la que no sabemos nada y, ocasionalmente, reciben ayuda de otros personajes (normalmente otras hadas o similares) que entran y salen de la trama sin más (seguramente porque costaba mucho animar a tantos personajes a la vez). Laverna es la mala porque tenía que haber una villana, y anda rodeada de unos siervos poco competentes que son todos iguales. El resto de personajes carecen de relevancia y aparecen, desaparecen y reaparecen porque sí.
(Continúa abajo por falta de espacio, sin spoliers)
Sinceramente, desde el principio la cosa no pintaba bien, pero, quién sabe, alguna vez me he llevado alguna sorpresa desconcertante y gratificante (por ejemplo, a finales de 2014 y tras un año de insistencia por parte de mi hermana pequeña me animé a ver Frozen con el firmísimo propósito de destrozarla con mucha crueldad, pero resultó que me encantó hasta niveles que no había previsto; y algo parecido me ha ocurrido varias veces desde entonces con otros filmes). Obviamente, este no ha sido el caso.
Pues resulta que la compañía juguetera Mattel, antes de vivir de la licencia de Jurassic Park/World (verídico, desde 2018) se especializaba principalmente en Barbies, la muñeca más famosa del mundo, con permiso de la articulación radiocarpiana (chiste lingüístico-anatómico malísimo, perdón), y buque insignia de dicha empresa juguetera aún a día de hoy (la prueba es que existen Barbies de Jurassic World), sobreviviendo a polémicas varias que no vienen al caso y a la feroz competencia de los juguetes de Frozen. Por ello, allá por los principios del siglo XXI, Mattel decidió comenzar a explotar la popularidad de su, valga la redundancia, popular muñeca con una serie de películas de animación digital 3D directas a vídeo que, además, también servirían de anuncio comercial para sus muñecas en un ciclo de retroalimentación infinito. ¿Qué podía salir mal?
Barbie Fairytopia es la 5ª de esas películas y la primera que parte de una idea original (no quiero decir que sea original en absoluto, sino que las anteriores eran adaptaciones de cuentos): Barbie, o sea, Elina es un hada sin alas (a saber por qué) que vive en la Pradera Mágica del mundo de Fairytopia, donde pasa sus días holgazaneando con una indescriptiblemente grotesca criatura llamada Bibble (al principio entendí "Bieber") mientras unas hadas extrañamente pequeñas le hacen bullying. O, según le dé, se pone a maltratar al Bieber tirándole cosas mientras su amiga Dandelion (seguramente el personaje con nombre más irrelevante de todos) no hace nada. También hay unos seres mitad flor sin ningún peso en la trama, y nada de lo que ocurre recibe justificación ni tiene trasfondo, a lo que hay que acostumbrarse porque toda la película es así. Un día, Topaz, la guardiana de la Pradera, es secuestrada por Laverna (la mala) quien, además, lanza un gas nocivo que impide que los seres alados vuelen (aunque funciona sólo según convenga a la historia) y pretende reunir a los guardianes de Fairytopia para robarles su poder y no sé qué; pues porque es mala y eso. También hay unos MacGuffins por ahí en la forma de unos collares y, cómo no, nuestra protagonista termina con uno de ellos por esos avatares del guion.
La trama (por llamarla de alguna manera) sigue a Barbie Sue, o sea, a Elina en su absurdo viaje a ningún sitio en particular, porque se limita a dar vueltas encontrándose con personajes varios (Azora, Nalu, Dalia...), muchas veces de casualidad, para hacer lo que le van diciendo, y escapando de los esbirros de Laverna (los hongos) sólo para meterse en su guarida y presentarse delante de ella (donde casualmente estaban todos los prisioneros, así que podría haberse ahorrado tanta huida), pudiendo solucionar todo con un deus ex machina legendario.
Los diálogos son tan rematadamente absurdos que ni Tip y Coll y los Monty Python juntos podrían superarlos. Frases como "Los amigos que no conozco aún" y "Tienes el arcoíris en los ojos" se vuelven motivos recurrentes a lo largo de la película porque quien escribiera el guion seguro que pensó que eran genialidades merecedoras de ser repetidas. Y hay un puñado de escenas dignas de análisis. En particular, destacaría una apenas trepidante escena de acción a la que llegamos cuando Elina se monta un parapente improvisado con una flor (teniendo en cuenta que parece algo completamente accidental, ¿qué demonios pretendía hacer Elina en ese momento?), sin olvidar la persecución con el "pájaro de fuego" (lo llaman así, pero no es de fuego) que revienta violentamente cuando se choca con un pedrusco (lo mejor es la mariposa sociópata gritando "¡Bravo!"), o cuando Elina y compañía se comen las branquialgas de Harry Potter para poder respirar bajo el agua durante una nada impactante (y cargada de una tensión sexual increíblemente incómoda entre Elina y el sireno Nalu) secuencia subacuática que sirve de anticipo de la secuela.
Los personajes... pues están ahí. Elina es la protagonista más unidimensional que recuerdo (un hada sin alas que quiere tener alas pero que no hace nada para tenerlas) y Bieber es la mascota más molesta de la historia (un bicho random que hace ruidos y que se utiliza terriblemente de alivio cómico). Los acompaña una mariposa gigante (o ellos son muy pequeños, no sé, la escala no es algo que quede claro) de la que no sabemos nada y, ocasionalmente, reciben ayuda de otros personajes (normalmente otras hadas o similares) que entran y salen de la trama sin más (seguramente porque costaba mucho animar a tantos personajes a la vez). Laverna es la mala porque tenía que haber una villana, y anda rodeada de unos siervos poco competentes que son todos iguales. El resto de personajes carecen de relevancia y aparecen, desaparecen y reaparecen porque sí.
(Continúa abajo por falta de espacio, sin spoliers)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
El CGI es flojo (por no decir que es terrible) y casi parece un videojuego de PC de Windows 98. Los personajes son poligonales (que no poliédricos), prácticamente low-poly, las texturas son muy pobres y muchas veces los backgrounds ni siquiera están en 3D. Todos los personajes femeninos (que son la práctica totalidad, salvo el sireno, la mariposa, Bieber, los hongos y un par más) comparten el mismo molde (pues el de la muñeca Barbie), cambiando sólo el pelo y un poco la cara (la mala lleva lo que pretendía ser un lunar, pero parece más un melanoma, en la mejilla) y, hablando del pelo, este es un bloque con escasa movilidad (en las catacumbas de Internet, este truquillo para facilitar la animación es conocido como "no flow in CGI") en el que, por supuesto, ni se distinguen los cabellos individuales ni existen. Los hongos (una especie de goblins repugnantes) directamente son el mismo modelo copiado varias veces, pues comparten hasta la última verruga, visten igual e incluso todos tienen rota la bota del pie derecho (ni eso han disimulado).
Por cierto, la trilogía completa se encuentra doblada al español de España y no es un mal doblaje (o por lo menos es mucho mejor de lo que esta obra merece). De hecho, creo que todas las películas de Barbie lo están (o la mayoría), pero que nadie me haga mucho caso que no soy ninguna eminencia en la materia. Lo que sí puedo afirmar es que se tardó casi 30 años en terminar de doblar Utena (una de las obras cumbres del anime) al castellano, pero tuvimos Barbie Fairytopia casi de inmediato. ¡Hurra!
Sintetizando, estamos frente a un anuncio de juguetes de más de una hora; uno que nos cuenta una historia absurda de narices en la que una escena loca sucede a otra y todo parece salir de ninguna parte (y allí termina volviendo muchas veces). La animación es terrible, aunque quienes crecimos con Esquimales en el Caribe (uf, aquello sí que dolía verlo) deberíamos poder soportarlo sin problemas. Creo que todo el mundo ha oído eso de que hay películas tan malas que son buenas. Pues aún con eso Barbie Fairytopia es una auténtica aberración que no admite defensa alguna en ningún sentido, pero es verdad que, en el contexto adecuado, este festival epiléptico y policromado del disparate puede resultar hasta involuntariamente divertido.
Aspectos positivos: La película entera tiene tan poco sentido y está tan mal escrita que puede proporcionar algunas risas, sobre todo si se ve con más gente para comentarla.
Aspectos negativos: ¿Por dónde empezamos? Animación, renderizado, diseño de personajes, personajes, trama, diálogos...
Puntuación: 1
Por cierto, la trilogía completa se encuentra doblada al español de España y no es un mal doblaje (o por lo menos es mucho mejor de lo que esta obra merece). De hecho, creo que todas las películas de Barbie lo están (o la mayoría), pero que nadie me haga mucho caso que no soy ninguna eminencia en la materia. Lo que sí puedo afirmar es que se tardó casi 30 años en terminar de doblar Utena (una de las obras cumbres del anime) al castellano, pero tuvimos Barbie Fairytopia casi de inmediato. ¡Hurra!
Sintetizando, estamos frente a un anuncio de juguetes de más de una hora; uno que nos cuenta una historia absurda de narices en la que una escena loca sucede a otra y todo parece salir de ninguna parte (y allí termina volviendo muchas veces). La animación es terrible, aunque quienes crecimos con Esquimales en el Caribe (uf, aquello sí que dolía verlo) deberíamos poder soportarlo sin problemas. Creo que todo el mundo ha oído eso de que hay películas tan malas que son buenas. Pues aún con eso Barbie Fairytopia es una auténtica aberración que no admite defensa alguna en ningún sentido, pero es verdad que, en el contexto adecuado, este festival epiléptico y policromado del disparate puede resultar hasta involuntariamente divertido.
Aspectos positivos: La película entera tiene tan poco sentido y está tan mal escrita que puede proporcionar algunas risas, sobre todo si se ve con más gente para comentarla.
Aspectos negativos: ¿Por dónde empezamos? Animación, renderizado, diseño de personajes, personajes, trama, diálogos...
Puntuación: 1