En aquel entonces nadie la esperaba. Cuando salió en 2010, Kick Ass supuso un soplo de aire fresco a un subgénero en su edad de oro pero sobreexplotado .Las películas de superhéroes abundaban como los hongos, unas palomiteras y otras con aires de grandeza, algunas realistas y otras tan fantásticas como sus viñetas de origen. Pero ninguna era como Kick Ass, una auténtica bizarrada, la respuesta hiperviolenta a ¿por qué no hay superhéroes en la vida real? Como mínimo podía calificarse de interesante pues resultó visualmente espléndida, con garra y entretenidísima, una transubstanciación perfecta del papel a la gran pantalla. Y de ahí algunas críticas a esta segunda parte. No podemos pedir que nos sorprendan otra vez con lo mismo. Cambios de director aparte y con alguna escena para el recuerdo de menos, Kick Ass 2 es la continuación a esperar con lo bueno y lo malo que ello supone ( y eso ya es bastante ) Más del gamberro y esperanzador universo concebido por Mark Millar y John Romita Jr que encantará a los que ya eramos fans y cabreará a los que por segunda vez vean lo que no les gustó hace tres años, a saber: acción acompañada por una banda sonora potente, sangre, soeces y frikadas varias con una Hit girl menos niña pero igual de salvaje y un Kick Ass más veterano pero igual de colgao. Mención especial merece el villano, esperpéntico y de risa que se echa de menos cuando no aparece. Y me resultó agradable volver a ver a Jim Carrey. En definitiva, una película llamada a ser de culto junto a su antecesora por todos los lectores de comics y aficionados al cine poco correcto. Ah, tiene escena post-créditos así que aguandad un poquito antes de iros.