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Voto de el pastor de la polvorosa:
10
Drama Miller es un guardabosques que vive en una desierta isla cerca de la costa americana. El otro habitante de la isla es Ewie, una huérfana inocente e ingenua de 13 años, hacía quien Miller se siente irresistiblemente atraido al descubrir que se está convertiendo en mujer. Cuando llega Traver, un inocente músico negro huyendo de un intento de linchamiento por una falsa acusación de violación, Miller quiere delatarle para deshacerse de él. (FILMAFFINITY) [+]
16 de octubre de 2016
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rodada entre “Robinson Crusoe” y “El ángel exterminador” (cuyo título inicial era “Los náufragos de la calle Providencia”), “La joven” puede adscribirse al género que fundó la célebre novela de Defoe. La isla en que transcurre la acción es un territorio intermedio entre la realidad y el mito, una especie de modelo a escala reducida de la sociedad humana, de sus relaciones de atracción, miedo y poder, plantado en medio de la naturaleza; al mismo tiempo, la isla es una negación de la idea de paraíso, desde su mismo umbral en el que aparece inscrita la ley como amenaza.

Respecto a “Robinson Crusoe”, “La joven” añade una dimensión adicional de complejidad mediante la incorporación de un personaje femenino: una Eva adolescente (Evvie, Key Meersman) que reparte manzanas tanto a Viernes (el negro fugitivo Traver, interpretado por Bernie Hamilton) como a Robinson (Miller, el guardián de la reserva, un Zachary Scott diametralmente opuesto al protagonista de “The southerner”, de Renoir).

En un territorio que parece tomado de “El malvado Zaroff", Buñuel filma algunas de las imágenes más bellas de su obra, y esquiva toda tentación de cincelar una fábula humanista gracias a su infalible instinto, nutrido de humor poético, amor por la paradoja y total despreocupación por lo que Nietzsche llamaba “la moral del rebaño”.

Buñuel nunca cae en la candidez de hacer de sus personajes portavoces de ideas propias: filma siempre desde fuera, como a través de una ventana, sin tomar partido –pero en absoluto con indiferencia, como demuestra su fidelidad a algunas imágenes recurrentes: los pies y los muslos femeninos, y un peculiar bestiario –aquí perfectamente integrado en la trama.

Lejos de los interiores de la alta burguesía, de los sueños y cuchillos surrealistas, de las querencias literarias y las vidas de santos (con todas las comillas que se quieran) que jalonan su carrera variopinta, “La joven” es una película de casi diabólica inteligencia, en la que la gravedad de los temas (el racismo, la corrupción de la inocencia) no da pie a discursos morales sino a un relato absorbente de desarrollo imprevisible. Buñuel observa los comportamientos de sus criaturas con una claridad insuperable –pero esa claridad no anula las ambigüedades y contradicciones de lo real, y conduce a un desenlace desconcertante, que cada espectador debe resolver por su cuenta.

https://navegandohaciamoonfleet.wordpress.com/
el pastor de la polvorosa
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