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España España · Madrid
Voto de JBlas:
8
Comedia. Romance Cuatro historias independientes con un escenario común: la ciudad de Roma. En la primera, un matrimonio americano (Woody Allen y Judy Davis) viaja a italia para conocer a la familia del prometido de su hija (Alison Pill). En la segunda, un italiano (Roberto Benigni) se hace famoso sin motivo de la noche a la mañana. En la tercera, un arquitecto californiano (Alec Baldwin) visita Roma con sus amigos donde conoce a un estudiante (Jesse ... [+]
20 de septiembre de 2012
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
A mi me pasa con Woody Allen como a algunos medios de comunicación con las noticias; soy incapaz de tratarle con imparcialidad y objetividad. En mi caso, como en el suyo, tengo una razón que explica esta incapacidad, pero la diferencia es que yo os la cuento ahora mismo sin mayor problema; no puedo mostrar imparcialidad y objetividad con un tipo que lleva 30 años haciendo una película anual y consiguiendo, además, algunas auténticas joyas -fíjate si esto será difícil y tendrá mérito que no hay nadie más en la historia del mundo que lo haya hecho antes y no apostaría ni un euro porque lo vaya a hacer alguien en el futuro-. Que sí, que es verdad que alguna de esas películas se las podría haber ahorrado pero, en cualquier caso, para saber si en mi opinión esta “A Roma con Amor” pertenece al grupo de las joyas o de las ahorrables tendrás que leer algunas líneas más.
Primero quiero hacer una reflexión; si esta película en vez de estar dirigida por el maestro Woody lo estuviera por un joven director novel de cualquier nacionalidad, el planeta cine estaría sin duda celebrando el nacimiento de un nuevo genio (un genio muy “woodyalleniano”, evidente, pero genio al fin y al cabo), pero cómo es una película de Woody Allen y no de otro, los medios la acogen con mayor tibieza y menor entusiasmo. Claro, creo que pensarás parecido, es también evidente que no se puede medir con el mismo rasero a todos los directores y a todas las películas, no es lo mismo que un director americano haga una peli en Hollywood que un director etíope la haga en Etiopia (¿Te imaginas un mundo en el que si fuera realmente lo mismo?) y por ello no es justo compararlo con las mismas unidades de medida. Esto me sirve por una parte, para justificar mi imparcialidad con el maestro –que merece unas unidades de medida independientes a las de todos los demás- y por otra parte me sirve también para soltar una cuestión que dejaré para que la respondas como y cuando quieras: ¿Te parece justo que paguemos los mismos casi 10 euros de entrada para ver una superproducción americana que para ver la opera prima low cost de un director novel español?.

Allen nos presenta en esta ocasión cuatro historias independientes con el telón de fondo de la ciudad de Roma, independientes si, pero con algunos aspectos en común; en las cuatro hay –además de unas excelentes localizaciones- un buen punto de partida de guión, en las cuatro hay un reparto de gran nivel, todas ellas suceden a buen ritmo, amenizadas por temas clásicos de la música popular italiana y todas consiguen en varios momentos despertar al menos tu sonrisa, con un humor entre surrealista y optimista. Si las cuatro historias que forman la película tienen todas estas buenas características, ¿estoy diciendo que la película en si tiene todas estas buenas características?; si, así es y no es poca cosa.
Además “A Roma con Amor” tiene ese aspecto de film poco preparado, muy común en sus últimas producciones y muy lógico teniendo en cuenta su velocidad de creación, que en mi opinión aporta algo de frescura -con esa involuntaria figuración de romanos y romanas mirando a cámara-.
Casi siempre y esta no es una excepción, resulta curioso ver a estrellas del cine comercial en estas películas de Woody Allen. Su forma de interpretar es claramente diferente a lo que estamos acostumbrados a ver sobre ellas y no sabría bien definir por qué, quizás es una interpretación más naturista, más libre, no lo llego a saber, pero un actor interpreta de manera diferente con Woody Allen que con cualquier otro director y eso tampoco hay muchos autores que lo consigan –no muchos, cierto, pero aquí si podríamos enumerar algunos otros ejemplos-.
A pesar de todas estas sanas virtudes que he expuesto y que convierten “A Roma con Amor” en una cinta muy recomendable, también es cierto que esos originales puntos de partida del guión se transforman en situaciones quizás demasiado fáciles y algo predecibles, que no parecen contar con todo el talento y la mejor inspiración que, todavía hoy, tenemos la poca vergüenza de exigirle al genio de Brooklyn.
JBlas
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