11 de febrero de 2009
11 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Emotiva cinta al más puro estilo de depuración estilística, austera y seca, de Bresson. Nada de sonrisas entre los personajes, Bresson filma los pies, los rostros y los cuerpos que apenas se mueven. Los ojos de un burro son testigos de las formas de desesperanza, desamor y fatalidad, que dibujan un entorno hostil entre los hombres, donde no existe la piedad. La casualidad es fruto del devenir de uno mismo y la hipertextualidad de las situaciones emplazan a los personajes en situaciones que le son tan contradictorias como aceptadas de por sí. La naturaleza limpia de un burro sirve para reflejar la imagen sucia y contradictoria entre los hombres.
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