Otra muestra más del lacerante mundo de los hermanos Dardenne, en una excelente película, a pie de calle, donde hacen que una excelente Marion Cotillard se pasee ante sus compañeros de trabajo pidiendo clemencia. Durísima, veraz y contudente, "Dos días, una noche" muestra la realidad social europea y el reflejo de todos y cada uno de nosotros; como la vida misma. En una hora y media, sin música que subraye su contenido y a milímetros del rostro de su protagonista, de la que nos sentimos identificados, es una de las grandes películas de 2014. Si Ken Loach no despierta con esto, que baje Buñuel y lo vea.