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España España · Oviedo
Voto de Esteban:
3
Intriga. Thriller El catedrático y afamado simbologista Robert Langdon (Tom Hanks) se ve obligado a acudir una noche al Museo del Louvre, cuando el asesinato de un restaurador deja tras de sí un misterioso rastro de símbolos y pistas. Con la ayuda de la criptógrafa de la policía Sophie Neveu (Audrey Tautou) y poniendo en juego su propia vida, Langdon descubre que la obra de Leonardo Da Vinci esconde una serie de misterios que apuntan a una sociedad ... [+]
3 de junio de 2006
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y pensar que los católicos han estado a punto de organizar otra Guerra Santa por culpa de semejante mamarrachada. Si la novela ya era (muy) flojita tirando a mediocre, la adaptación de un cada vez más acartonado Ron Howard (que conste que me estoy refiriendo a su labor como director de cine), no hace más que evidenciar los numerosos defectos de documentación, argumento y desarrollo del texto original. Y es que hay que ver lo estúpido que suena todo cuando te lo cuentan como si te acabases de levantar de la cama con resaca. Dan Brown es un auténtico cateto como escritor, eso está fuera de toda duda, pero al menos hay que reconocer que cuando estás leyendo la novela consigue, no se sabe muy bien cómo, que el argumento no se te antoje tan esperpéntico y ridículo. Algo de mérito tendrá eso, digo yo. Lamentablemente la película, que no va más allá de una simple sucesión de secuencias que intentan ilustrar visualmente las palabras del dichoso libro, sin aportar apenas nada de emoción al relato (más bien entorpeciéndolo con escenas innecesarias), parece un cúmulo de despropósitos casi desde el comienzo que sólo a fuerza de mucha entrega se puede llegar a digerir. ¿Tan fácil es resolver enigmas y acertijos que ponen patas arriba la historia reciente de la humanidad? Si es que parece que están haciendo crucigramas. Hay una escena en la que los protagonistas se encuentran todas las pistas necesarias para desentrañar el misterio encima de una mesa, con mapas genealógicos y fotografías de los implicados en la trama por los alrededores. Así cualquiera. Sólo faltaban lucecitas de neón y flechas fosforescentes marcándoles el camino a seguir. Además el desarrollo narrativo es torpe, precipitado, completamente arbitrario y poco creíble.
En realidad EL CÓDIGO DA VINCI es, básicamente, una película para fans. Sólo aquellos que hayan leído el libro (y les haya gustado, claro) o que comulgen con esa mezcla de historicismo, religiosidad y ciencia-ficción podrán valorar en su justa medida un producto diseñado únicamente para reventar taquillas y máquinas de hacer palomitas.
Los personajes (TODOS) están sin apenas definir. Este defecto es heredado directamente de la obra literaria, que ya hacía gala de un desarrollo de caracteres tan profundo como el tapón de una botella.
En fin, película floja y desganada que sólo recomendaría a todos aquellos que se mueran por ver a un monje ejerciendo de ninja del Opus Dei.
Esteban
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