Escenas a recordar: el personaje de Eduardo Noriega, sentado bajo el árbol, con la mirada perdida mientras los soldados a los que debe guiar son consumidos por el miedo y la confusión.
La población lanzando piedras a los blindados porque saben que son cascos azules y no les van a responder.
La traductora, asesinada por un compañero que quiere salvarla de la agonía, y al pelotón de una carga.
La no-escena de la violación de Balbuena. Garpar Noe debería ver esta película para aprender como dejar destrozado al espectador con una violación sin necesidad de azotarle con ella durante ocho minutos. Sin mostrarla siquiera. Sugerir siempre es más potente que mostrar.
El pelotón, repentinamente rodeados de una muchedumbre de ciudadanos, los mismos que han venido a ayudar; los mismos que les causaban compasión; los mismos que ahora se apresuran a encañonar con las ametralladoras porque están aterrorizados.
“¿Qué diremos si nos preguntan?” “Vosotros No Digáis NADA”