Esta película debe su originalidad a la galardonada película "Los Intocables de Eliot Ness", salvo quizás que en la película de 1987 la dinámica del grupo estaba más enfocada a lo que se podría definir como "de señores", apreciable por ejemplo en que se llaman de usted aún cuando se insultan; mientras que en ésta podría definirse como "de perdedores" apreciable por ejemplo en los detalles chapuceros sobre todo en los inicios. Ambas dan juego tanto en lo cómico, como en lo dramático.

Hay que añadir que el guión parece un experimento de cuánto cliché se puede meter en una historia, están todos, es como una partida de "Pokemon Go" para conseguir todos los tópicos posibles.

Y dicho todo esto, tengo que reconocer que esta película tiene su encanto; no sé si es por Emma Stone y su vestido rojo, no sé si es por Ryan Gosling, por Josh Brolin o por Sean Penn, por la dirección hipnótica e impecable que te atrapa en cada escena, por esa música de los años 50, por la espectacular escena de acción del tercer acto... Sinceramente no sé por qué es, lo único que sé con seguridad es que según termine esta crítica empieza la cuenta atrás para volver a verla, consciente de sus limitaciones, y volver a disfrutarla.