Ser Presidente de los EEUU es un trabajo de riesgo, puede venirse media Corea del Norte, enemigo actual del país de barras y estrellas, invadirte el espacio aéreo más protegido del planeta con un avión no precisamente discreto, pisotearte el jardín de la Casa Blanca, y abrir un agujero en la fachada con lanzacohetes y otras armas semiautomáticas, mientras tu servicio secreto se muestra inoperante, y la supuesta reacción militar es tardía e inútil.

Por suerte, tienes a Morgan Freeman , que puede tomar el mando mientras el presidente es tomado como rehén por los norcoreanos más occidentales que los productores han podido encontrar, luego aprovechas a un agente del servicio secreto que esquiva las balas que otros no pueden, para intentar patear los culos de los malos a golpe de extrema brutalidad, y listo, a esperar a que Dios bendiga América y proteja los valores de esa gran nación.

Antoine Fuqua tenía cierto caché, "Training Day" era una película sólida, pero firmar este engendro le ha cubierto de gloria, y lo más curioso es que el personaje de Gerard Butler tiene miga, da para unas cuantas secuelas que imagino formarán una memorable antología del disparate, porque la que nos ocupa es impresionante en ese sentido, pura ciencia ficción, hasta tal punto es desquiciada la propuesta, que uno se deja llevar y hasta se lo pasa bien, lo que tampoco sirve para despojarla demasiado de su embriagador olor a mierda.