Luis Garcia Berlanga es sin duda el mejor director español de todos los tiempos, es nuestro Billy Wilder patrio, y como aquel, tiene su particular I.A.L. Diamond en la figura de Rafael Azcona, ambos longevos e imprescindibles colaboradores, tan reivindicables como los propios directores.

En "La escopeta nacional", Berlanga y Azcona abofetean sin piedad los reductos de un cadaver todavia caliente, con una frescura tan intacta como siempre, aun sin la necesidad, como antaño, de tener bordear la censura, el resultado final no pierde un ápice de ingenio y se revela como la mejor película de la transición, una época en la que las películas españolas solo andaban interesadas en el destape.

Comedia coral, sello inconfundible de sus autores, en donde todos los actores rayan a la altura de su talento, cabe destacar a un soberbio Luis Escobar, su entrañable y acabado Marqués de Leguineche es la mejor metáfora de los últimos años del dictador que gobernó este país y por extensión la debilidad de un régimen desposeido ya de todo poder, reflejado en individuos desorientados que todavía sueñan con sacar tajada de su posición.

Obra Maestra indiscutible, el talento de saber criticar algo desde una ironía tan inteligente es justo el cine que me convence, sin duda, su mensaje queda asi intensificado y es mucho más recordable.