Sin gigantes presupuestos, ni grandes efectos especiales, ni guiones elaborados.
John Carney logra rodar una historia sencilla que termina enganchando y dejando una mezcla de sentimientos al espectador. De esas joyitas escondidas que quizás no todos tengan el placer de ver.
Es que ese aroma indie hace que "Once" sea una película especial, no es una muestra de buen montaje, de planos estéticos. Todo es coger una cámara y sin trípode contar una historia, esto también es cine.

Una historia contada por un músico compositor, que con grandes temas logra que tengamos ese sentimiento de ser parte de la historia, de sentirnos identificados en ciertos aspectos. No es un musical, no es una historia de amor cursi, quizás muchos querían ver un romance entre nuestros personajes. Pero eso es algo convencional lo cual generalmente sucede en un encuentro de dos personas que tienen problemas en sus relaciones, eso lo hace diferente.
"Once" Deja una sensación de querer ver un poco más, de estar incompleta, de saber que ocurre en la vida de Glen y Markéta. Pero nos deja un agradable sentimiento de los buenos momentos y las personas que se convierten en parte de tu vida gracias a la música.

Pd: Disfruten de la música de "Once" en sus ipods. Gran sentimiento.