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Voto de Sr Mandarina:
8
Intriga. Thriller. Drama La pequeña y tranquila población de Twin Peaks, en el estado de Washington, se conmociona cuando el cuerpo de la joven Laura Palmer, una conocida y guapa adolescente del pueblo, aparece con síntomas de haber sido brutalmente asesinada. El agente especial del FBI Dale Cooper es asignado al caso. (FILMAFFINITY)
30 de mayo de 2013
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Será el café? ¿Será la coca? ¿Será la trama? Los créditos iniciales lo advierten: éste no es un guión 100% Lynch. Lo que, tratándose de una serie, se agradece. Enganchan poco los arranques atiborrados, en los que las caras anónimas de los personajes se van turnando en nuestra base de datos hasta confundirnos: ¿pero no era el jardinero, el de la Harley, que llevaba un parche en el ojo y lloraba sin cesar, el que curraba en la aserradora? Introducciones vomitadas, las llamo. Quieres sentar las bases de la historia y sólo siembras caos. Sin embargo, ésto aquí no pasa. Entre presentación y presentación, una pausa nos va poniendo en contexto; nos mete en el meollo. Hasta el cuello.

La tensión fluctúa por la pantalla mientras uno va indagando: sospecha hasta de los extras, cualquiera puede ser culpable. Una investigación que se completa con la llegada del agente Cooper, un tipo minucioso e ideal detective del FBI, que toma nota hasta de las calorías del zumo de frutas del aperitivo. Nos incita a seguir su cuento porque parece que es él quien lo escribe, pero se equivoca. Sabe mucho y no sabe nada. Entonces, ¿quién nos saca del meollo, ahora? El sheriff lo tiene claro, o eso parece. Bobby me cae mal, pero un poco mejor ahora. Aunque no, ya no, rectifico. El bombardeo de historias paralelas te hace sospechar de tus sospechas. Quieres que siga, allí por donde sea. Si te gusta la intriga, éste es tu camino, y no ha hecho más que empezar.

El sello Lynch supura desde los primeros minutos de cinta. Sabe que el espectador se dispone, cegado, a caer rendido ante sus encantos, y lo aprovecha cómo no. Una simple visita de la madre de Laura al piso de arriba nos bloquea e hipnotiza observando un ventilador que no para de girar, un encuadre sin importancia e inolvidable, que para más inri nos muestra en primer plano porque sí. Sus guiños son tremendos: desde la mujer del leño al chaval del instituto que se monta un camel walk mientras escapa del plano. Y con ésta imagen en la mente, vamos a por el siguiente: capítulo 2.
Sr Mandarina
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