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Voto de Luke_Cage:
7
Drama Tras la repentina muerte de su padre, un joven playboy (George Peppard) hereda una empresa aeronáutica y se convierte en un neurótico megalómano que llegará a crear un gran imperio económico. Esta película se inspira en la vida de Howard Hughes. (FILMAFFINITY)
19 de febrero de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hablar de Howard Hughes es hablar de uno de los tótems del cine clásico de Hollywood y uno de sus principales impulsores. Además de millonario y empresario de éxito, en su afán de obtener todo lo que se proponía, fue piloto de aviación (logrando varios récords del momento) y productor primero, y director después, deslumbrado por el oropel y la fama de Hollywood.

Cualquiera mínimamente interesado en el cine clásico sabrá de él, suyas son, no obstante, producciones tan icónicas de la década de los 30 como “Scarface” (años después contamos con un remake-homenaje de De Palma que nos trajo a Tony Montana), “El forajido” o “Los ángeles del infierno”.

Martin Scorsese supo hablar con él con propiedad, tanto de sus logros, al alcance de muy pocos humanos, como de sus miedos e inseguridades, ya que, paradójicamente, Hughes fue un coloso con pies de barro, en su no lo suficientemente valorada “El Aviador”.

En plena década de los 60, Edward Dmytryk, todoterreno director de estudio con personalidad propia, se acerca al mito Hughes desde su óptica y con ciertos reflejos de la paranoia vivida en aquellos tiempos con la caza de brujas propiciada por McCarthy.

El film nos acerca a los años 30 y la figura de un joven millonario que es todo descaro, obstinación y ambición desmedida, que no acepta un no por respuesta y que siempre obtiene lo que desea, a cualquier precio, por alto que pueda parecer. Los parecidos más que razonables con Hughes se producen desde el minuto uno y se encarnizan más aún con el desfile de secundarios que aparecen a lo largo del metraje, muchos de los cuales son reflejos de personajes reales que conformaron el entorno del productor.

George Peppard se hace con el papel con una solvencia digna de elogio, Hannibal del equipo A tuvo un background impresionante como actor en cine antes de convertirse en leyenda para los niños que veíamos la tele en los 80. Transmite la poliédrica personalidad de Hughes con humanidad y sin dejarse contaminar por factores externos.

Los secundarios son también increíbles, por aquí pasan Carroll Baker, impresionante y arrolladora como siempre caracterizada como un remedo de Jean Harlow, Alan Ladd dando vida al crepuscular Max Sand, también conocido como Nevada Smith, uno de los últimos estertores del salvaje oeste. Ejercicio de metacine: tan crepuscular fue la interpretación de Ladd que falleció a los pocos meses, y su alter ego, Nevada Smith, fue llevado a la gran pantalla por Steve McQueen.

Elizabeth Ashley está deslumbrante como el affair amoroso que puede redimir al joven millonario, dice la leyenda que su personaje está basado en la Crawford, yo esto no lo veo tan claro, pero, desde luego, su interpretación es de lo mejor de la cinta, nominación a los Globos de Oro incluida.

El final, precipitado, algo chusco y buscando ese repunte de felicidad tan típico de la época nos deja algo fríos teniendo en cuenta lo anteriormente vivido, una pena porque podría haber sido una grandísima película y se quedó en una curiosidad más que interesante para amantes del cine de la época.
Luke_Cage
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