Muy buen título de carácter histórico y biográfico de John Ford en el que el genial director de "Centauros Del Desierto" nos sitúa en la época posterior al final de la Guerra Civil estadounidense con el fin de homenajear a la figura del doctor Samuel Mudd, implicado erróneamente en el asesinato del presidente Abraham Lincoln.

La primera hora de la película es impresionante, realizando Ford un sensacional dibujo de la época y de sus personajes, y dotando de un gran suspense tanto al asesinato como al post-asesinato.

La insuperable maestría de Ford vuelve a manifestarse en la narración del proceso judicial, en la soberbia puesta en escena, y en su esmero a la hora de mostrar el más mínimo detalle que proporcione información sustancial al espectador, siempre con elegancia y trascendencia emocional.

El último acto de "Prisionero Del Odio" disminuye ligeramente el altísimo nivel previo, revelándose como un drama carcelario de ritmo precipitado con el protagonismo de un severo e inflexible John Carradine.

Warner Baxter interpreta de manera competente el papel protagonista, mientras que Gloria Stuart está estupenda como su esposa.
Aunque de entre todo el reparto, descolla un magnífico Claude Gillingwater como ex-militar del ejército confederado y suegro cascarrabias del protagonista, aportando buenas dosis de humor a este notable film de naturaleza dramática en el que se tratan temas como la venganza, la indefensión, la injusticia, el desamparo o la demagogia.

La excelente fotografía de origen expresionista es obra de Bert Glennon, habitual colaborador del admirado cineasta de ascendencia irlandesa.