Pese al título de la cinta, ignoraba que esta fuera una secuela del film dirigido por John Landis en 1981. Aparte de que no aprecié muchas semejanzas entre ambos más allá de la trama. En fin, pensaba que se trataba de una película independiente que intentó igualar el éxito del clásico ochentero. Centrándome ya en lo verdaderamente importante, diré lo siguiente; los efectos especiales son bastante decentes, de hecho, pueden considerarse perfectamente lo mejor del visionado. Las transformaciones licantrópicas están bien realizadas, al igual que los monstruos y fantasmas que aparecen. La historia que se narra no llega en ningún momento a ser interesante, pues es bastante predecible y genérica. Lo mismo pasa con los personajes, muy trillados y convencionales. Sé que buena parte de su "encanto" reside en su humor negro, pero lo cierto es que no le he encontrado gracia a ese supuesto humor. Por lo tanto, me veo en la obligación de decir que estamos ante un producto sin nada destacable a excepción del apartado visual. De modo que esta "segunda parte" no está a la altura de su predecesora, la cual tampoco es la mejor representante del subgénero, pero demuestra muchas más cosas que esta.