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España España · Barcelona
Voto de Ivan_Rumar:
6
Aventuras. Drama Tras estrellarse su avión en una remota y salvaje región de Alaska, un grupo de buscadores de petróleo se encuentra totalmente perdido en la tundra subártica. Las posibilidades que tienen de ser rescatados son nulas. Expuestos a un frío glacial y a unas condiciones de vida extremas, los supervivientes, liderados por el duro Ottway (Liam Neeson), un cazador cuya misión es defender a los perforadores de las fieras, sufrirán además la ... [+]
18 de noviembre de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En esta crítica voy a desvelar una nueva faceta de mi ser: siento debilidad por las historias que tratan sobre gente que se pierde en un lugar extremo, preferiblemente remoto a la par que frío, y deben ingeniárselas para sobrevivir. Me encantó la novela "El terror" de Dan Simmons, "El desafío" de Lee Tamahori y "La cosa" de John Carpenter son dos de mis películas favoritas y salí muy satisfecho de "Camino a la libertad" de Peter Weir. Y con ese ánimo decidí darle luz verde a "Infierno blanco" de Joe Carnahan; el día gris y lluvioso de ayer por la tarde se prestaba a ello. ¿Es "Infierno blanco" digna de figurar entre mis favoritas o es una mediocridad? Digamos que se queda en un término medio.

A partir de aquí hay spoilers.

En esta ocasión, el lugar remoto es Alaska. Un grupo de buscadores de petróleo cogen un avión para desplazarse a su próximo destino y tienen un accidente mientras sobrevuelan una tormenta. Ottway (Liam Neeson) es un experto cazador de lobos que guiará a los supervivientes en su lucha por sobrevivir a las inclemencias del tiempo y a una manada de lobos que quieren darles caza. Cuando vemos "Infierno blanco" lo que más sorprende es que son dos películas en una. Que nadie se confunda. La trama es simple y siempre es la misma: huir por el bosque, evitando que los lobos les den caza, y punto. Pero sí es cierto que hay dos partes bien diferencias. La primera, desde que empieza el filme hasta el momento en que solo quedan cuatro, tiene un guion flojo, de manual, lleno de frases plagadas de tópicos y donde uno asiste a la muerte de los miembros sin pena ni gloria; te importan un pimiento porque son planísimos y está claro que solo funcionan como carnaza para los lobos. Cumplen los clichés típicos del cine de supervivencia: el malo muy malo que es un estorbo para sus compañeros, el débil que acaba muriendo pese a los cuidados de sus compañeros, el que exterioriza el miedo en forma de chistes sin gracia y que los demás siempre toman por inestable, etc. Pero cuando se consolida el grupo más o menos fuerte, Ottway, Díaz (Frank Grillo), Talget (Dermot Mulroney) y Hendrick (Dallas Roberts), el guion adquiere más profundidad y el tema empieza a aflorar poco a poco. Y es ahí donde "Infierno blanco" gana enteros. Los personajes empiezan a estar mejor caracterizados, te importan cuando mueren y el guion no es tan simple.

Y, como ya he comentado, en esta segunda parte se define el tema de la película: que la suerte se la busca uno mismo, luchando por lo que crees, y que no hay ninguna fuerza externa (aka Dios) que interceda por nosotros. Y que si te rindes, ya has perdido. Esto queda plasmado a la perfección en las últimas tres escenas. Primero vemos cómo el personaje de Frank Grillo opta por rendirse y dejar de luchar. Se queda sentado mientras los demás se van, solo, esperando a que los lobos vengan y se lo coman. Se ha rendido. Luego la conversación que mantienen Roberts y Neeson sobre las intenciones del segundo de suicidarse antes de empezar el vuelo. Ahí Neeson aún está bajo el influjo del pesimismo; no está luchando lo suficiente. Tira adelante, aunque no con la suficiente convicción. Y no es hasta que muere Roberts y se queda solo, que no comprende que lo que más ansía es sobrevivir. Pide un milagro, pero Dios hace oídos sordos. Y llega a la conclusión de que el único dueño de su destino es él. Y entonces es cuando decide enfrentarse al macho alfa de la manada. Puede fracasar o no, pero eso ya no importa. Lo ha intentado. Y es por eso que el director corta la película ahí; el resultado de la refriega da igual (aunque al final de los créditos vemos el resultado del enfrentamiento, pero continúa dando igual). Es un enfoque, cuanto menos, original.

Por otro lado, hay que reconocer que la fotografía y la ambientación están muy conseguidas. Quizás no logre transmitir la sensación de frío con la misma fuerza que otras películas del género, pero los planos y los paisajes de Alaska son preciosos y contribuyen a meterte en situación. La labor de los actores es correcta, sin grandes alardes, y la BSO no es nada remarcable.

No voy a negar el hecho de que no es la mejor película del género que se ha rodado, pero es un entretenimiento más que digno. Uno no puede pasar por alto que la primera parte es un aburrido desfile de clichés, pero es en la segunda parte donde gana en profundidad, los personajes pasan a importarnos y el tema queda bien definido.
Ivan_Rumar
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