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Voto de Cascayu:
8
Drama El Marqués de Coustine, un diplomático francés del siglo XVIII con una relación de amor/odio hacia Rusia se encuentra en un viaje en el tiempo en el Palacio de Invierno de San Petersburgo -desde los tiempos de Pedro el Grande hasta nuestros días. Con él, un invisible realizador ruso (en off), que está confuso sobre la posición de Rusia en Europa. (FILMAFFINITY)
29 de enero de 2013
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante propuesta del realizador ruso. Sokurov nos hace invisibles y con una cámara en primera persona nos convierte en turistas del tiempo a través de los casi tres siglos de vida del antiguo Palacio de Invierno y actual Museo del Hermitage.

Asistimos así desapercibidos a la pompa de la corte, con sus bailes fastuosos o el rígido protocolo de sus ceremonias, pero también a los momentos más íntimos de sus inquilinos, en los que el juego de apariencias desaparece y afloran los sentimientos y la cotidianidad de unos hombres y mujeres cuyo poder descenderá de Dios pero cuyos vicios y virtudes son los de cualquier mortal.

He visto varias críticas que insisten en que para el disfrute total de la cinta es necesario dominar la historia rusa. Yo no lo creo así. No resulta tan importante conocer los detalles de los gobiernos de los distintos monarcas entre los que caminamos como tener en cuenta cual es el a la vez tema principal de las discusiones entre nuestros dos testigos extraviados y nexo de unión entre todos ellos: el proceso europeizador al que se consagraron los zares durante estos trescientos años. El hecho de que la más antigua de estas figuras que desfilan ante nuestros ojos sea Pedro el Grande no es casual, él fue el primero en intentar inclinar hacia Europa la balanza en un país en el que confluyen Oriente y Occidente formando parte de este programa la propia construcción del Palacio de Invierno y la ciudad de San Petersburgo. La arquitectura, las decoraciones, la música, los trajes...poco de lo que vemos difiere de lo que podíamos encontrarnos en cortes como la de Madrid o París.

¿Puntos negativos? Que habrá muchos a los que no gustará y nadie se lo puede reprochar. Básicamente porque no hay un hilo argumental en si sino que todo lo explicado hasta ahora se materializa de principio a fin en una cadena de cortas escenas inconexas que en el fondo nos aportan la misma información que podemos extraer de los retazos de conversaciones ajenas que captamos mientras caminamos por la calle. Recomendada solo para apasionados de la historia y el arte.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Cascayu
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