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España España · Vva de Bellpuig
Voto de Simpkins:
8
Drama A finales de los 70, Jack Horner, un director de cine porno que considera su trabajo una forma de arte descubre a Eddie Adams, un joven ingenuo que desea triunfar y que tiene unas características físicas muy adecuadas para ese tipo de cine. Eddie cambia su nombre por el de Dirk Diggler, se adapta inmediatamente a nuevo estilo de vida y pronto se convierte en una gran estrella del porno. (FILMAFFINITY)
25 de marzo de 2008
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya desde sus inicios Paul Thomas Anderson deja bien claro su gusto exquisito por la planificación meticulosa y la búsqueda del detalle, así como ser poco amigo de los metrajes ajustados.

Y es que ya en su segundo trabajo, en cierta medida, marca la pauta de lo que luego será la tónica general en su filmografía, ya desde sus inicios deja bien claro que es un director con un emorme talento y que se maneja a la perfección con el ritmo, algo básico teniendo en cuenta la duración de sus proyectos.

La película se divide en 2 actos perfectamente diferenciados, el auge y la decadencia de una estrella del porno de finales de los 70 y principios de los 80, mostrando en todo momento un paralelismo entre la trayectoria del joven protagonista y el género al que pertenecen sus trabajos.

Las diferencias entre ambos actos son claras, mientras que en la época en que el viento va de cara a nuestro protagonista la ambientación es luminosa, alegre, colorida, con música de la epoca sonando en todo momento (una banda sonora genial por cierto) y con un cierre tan enérgico y repentino que da paso de un modo totalmente natural a lo que se avecina en la segunda parte con un toque totalmente premonitorio.

En el segundo acto nos encontramos con una fotografía mucho más sobria, la música pasa a un segundo plano para dejar sitio al sonido ambiental y poco a poco se muestra la decadencia de la industria con la llegada del video, y de nuestro personaje y sus problemas y adicciones heredadas de su trabajo, realmente muy conseguido este segundo acto, más intenso que el primero y que te mantiene, sin duda alguna, mucho más pendiente de todo lo que sucede en pantalla.

Finalmente la película se cierra con un final en mi opinión poco apropiado, y es que en historias de auge y decadencia yo no soy amigo de finales edulcorados, ya que en mi opinión rompen la coherencia de todo el argumento y deja la película algo coja, aunque debe reconocerse que la escena final es tan impactante como transgresora y deja bien a las claras quien es el protagonista y estrella de la película.

En definitiva, una película muy recomendable, con un metraje quizá algo excesivo, pero que se soporta sin mayores problemas, ya que en ningún momento llega a aburrir, y unas interpretaciones creibles y mesuradas, pero que no pasan de regulares, no es perfecta eso está claro, pero sin duda alguna es una gran película de uno de los directores a seguir bien de cerca de ahora en adelante.
Simpkins
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