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España España · palma
Voto de janto:
8
Drama. Romance En un café al que acuden los trabajadores inmigrantes, Emmi Kurowski, una viuda de unos sesenta años, conoce a Salem, un marroquí treintañero. Inducido por la dueña del bar, Salem invita a Emmi a bailar, hablan, la acompaña a casa y, al día siguiente, se queda a vivir con ella. Esta relación provoca un gran escándalo, y las vecinas visitan al propietario del edificio para denunciar a Emmi. (FILMAFFINITY)
7 de septiembre de 2009
24 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rainer W. Fassbinder es, sin lugar a dudas, un director singular. Su prolífica carrera, su apabullante capacidad creativa, la voluntad de desplazar hacia el ámbito del discurso político los fundamentos genéricos del melodrama y su interés por experimentar con las formas del lenguaje cinematográfico, lo convierten en un referente obligado de la cinematografía de la década de los 70 y principios de los 80. Su prematura muerte en 1982 privó al viejo continente de uno de sus más radicales creadoras, junto al malogrado Pier Paolo Pasolini.

"Todos nos llamamos Alí" es una película de inaudita vigencia. Como un nuevo Tiresias, el director germano nos ofrece un premonitorio discurso sobre el fenómeno de la inmigración, el desarraigo que padecen tantos hombres y mujeres que han de huir en busca de oportunidades que su país de orígen les niega y cómo los resortes del odio, de una xenofobia apenas embozada, despierta a los viejos fantasmas del nazismo...
A partir de un originalísimo tratamiento melodramático que le sirve a Fassbinder para huir del discurso directo, tan fácil de ser desautorizado por los hipócritas, voceros de ideologías ultraconservadoras, "Todos nos llamamos Alí" cuenta la historia de un extraño romance. Emmi (Brigitte Mira), una mujer de más de 60 años, viuda y que de joven había formado parte de la sección femenida de las Hitlerjugend, conoce en un bar nocturno a Selim (El-Hadí Ben Salem), un marroquí mucho más jóven que ella. Selim, sólo en una sociedad hostil que apenas a digerido la barbarie nazi y que trata con indisimulado desprecio al extranjero, se enamora de Emmi, la única capaz de ofrecerle atención y ternura. No es casualidad que Fassbinder elija a dos personajes que pueden clasificarse entre los sectores más marginados de las sociedades actuales, los inmigrantes y los ancianos. Puede resultar chocante pero no deja de ser coherente que los nuevos parias encuentren en mútua compañía el afecto que les niega una sociedad neo-liberal y salvajemente competitiva.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
janto
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