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Voto de janto:
8
7,6
118.650
Drama
En un elitista y estricto colegio privado de Nueva Inglaterra, un grupo de alumnos descubrirá la poesía, el significado del "carpe diem" -aprovechar el momento- y la importancia vital de luchar por alcanzar los sueños, gracias al Sr. Keating, un excéntrico profesor que despierta sus mentes por medio de métodos poco convencionales. (FILMAFFINITY)
7 de septiembre de 2009
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
He aquí una película que ha dejado huella indeleble en el recuerdo de los que la vimos siendo adolescentes. ¡Cuánto aprendimos con el profesor John Keating! A amar la poesía, a rebelarnos cuando nuestros valores y sentimientos así lo indicaban, a conocer el riesgo de tomar decisiones por uno mismo... a luchar por lo que uno cree. Acaso no sea la mejor película de la historia del cine (que no lo es), pero tiene el honor de ser una de las que han provocado en los corazones jóvenes mayores emociones y alegría.
Dirigida por el australiano Peter Weir, autor de unas cuantas obras maestras como "La última ola" y "picnic en Hanging Rock" y de otras que casi lo son, "El año que vivimos peligrosamente" y "Master & Commander", "El club de los poeta s muertos" es, sin duda, su película más aclamada por el público. La historia cuenta el giro que da la vida de un grupo de estudiantes al conocer al profesor de literatura John Keating, de cómo les enseña qué es la vida y en qué consiste. Cómo, a partir de la poesía, comprender que el destino de cada uno de ellos estará marcado por su voluntad de enfrentarse honestamente a su destino a pesar de los inconvenientes. Al grito de ¡Carpe Diem! (Aprovecha el momento, en latín), los chicos abrirán los ojos a la realidad que los envuelve y a ser conscientes de que hay que luchar contra las imposiciones de una sociedad en general y un entorno familiar en particular que decide por ellos. El desenlace, hermoso y trágico, doloroso hasta verter lágrimas, da una última lección magistral. De la oportunidad, del instante adecuado, de la capacidad que uno tenga para plantearse qué, cómo y cuándo ha de llevar a cabo el esfuerzo de intentar ser uno mismo dependerá el éxito y el fracaso del intento. "El sueño de una noche de verano" es invocado para apuntalar la ambivalencia entre los sueños (y el arte) y la realidad, la delgada línea que separa el dolor de la hermosura, la belleza y la muerte. Interpretada por un muy contenido Robin Williams, que, así y todo, no prescinde de algunos tics marca de la casa, y por un elenco de actores jóvenes magnífico, del que cabe destacar Robert Sean Leonard (su carrera no se afianzó, aunque logró algunos éxitos con "Esperando a Mr. Bridge" y "Rebeldes del swing". En la actualidad podemos verlo en la aclamada série "House" que emite el canal 4 ) y Ethan Hawke (el actor- escritor , intérprete de "Reality bites" y de "Trainning day").
Dirigida por el australiano Peter Weir, autor de unas cuantas obras maestras como "La última ola" y "picnic en Hanging Rock" y de otras que casi lo son, "El año que vivimos peligrosamente" y "Master & Commander", "El club de los poeta s muertos" es, sin duda, su película más aclamada por el público. La historia cuenta el giro que da la vida de un grupo de estudiantes al conocer al profesor de literatura John Keating, de cómo les enseña qué es la vida y en qué consiste. Cómo, a partir de la poesía, comprender que el destino de cada uno de ellos estará marcado por su voluntad de enfrentarse honestamente a su destino a pesar de los inconvenientes. Al grito de ¡Carpe Diem! (Aprovecha el momento, en latín), los chicos abrirán los ojos a la realidad que los envuelve y a ser conscientes de que hay que luchar contra las imposiciones de una sociedad en general y un entorno familiar en particular que decide por ellos. El desenlace, hermoso y trágico, doloroso hasta verter lágrimas, da una última lección magistral. De la oportunidad, del instante adecuado, de la capacidad que uno tenga para plantearse qué, cómo y cuándo ha de llevar a cabo el esfuerzo de intentar ser uno mismo dependerá el éxito y el fracaso del intento. "El sueño de una noche de verano" es invocado para apuntalar la ambivalencia entre los sueños (y el arte) y la realidad, la delgada línea que separa el dolor de la hermosura, la belleza y la muerte. Interpretada por un muy contenido Robin Williams, que, así y todo, no prescinde de algunos tics marca de la casa, y por un elenco de actores jóvenes magnífico, del que cabe destacar Robert Sean Leonard (su carrera no se afianzó, aunque logró algunos éxitos con "Esperando a Mr. Bridge" y "Rebeldes del swing". En la actualidad podemos verlo en la aclamada série "House" que emite el canal 4 ) y Ethan Hawke (el actor- escritor , intérprete de "Reality bites" y de "Trainning day").
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La dirección es magistral. Peter Weir dota de una mágica sensualidad tanto el entorno universitario como la naturaleza que le rodea. Apoyada en una fotografía maravillosa, llena de luz, y de una banda sonora intensa y emotiva de Maurice Jarre, "El club de los poetas muertos" alcanza momentos gloriosos (el final, cuando los chicos se levantan, como nuevos Espartacos, sobre sus mesas, enfréntandose al director a la voz de "¡Oh Capitán mi capitán!" quedará para los anales del cine).
El único inconveniente que puede imputársele a esta película memorable es un guión que peca de cierta irregularidad. Me refiero, especialmente, a las escenas de la gruta donde se reúnen los chavales para dar rienda suelta a esa libertad que pugna por vencer sus temores. Es paradójico , porque Weir es un maestro en invocar de la naturaleza todo su espíritu feérico, amenazante y liberador.
Son estos momentos los más convencionales, y el director se muestra incapaz de aunar a los personajes y su entorno.
"El club de los poetas...", es, a pesar de todo, una de estas películas que aceleran el pulso y llenan el pecho de intensa emoción, una de las pocas obras que en el cine se han gozado que mejor han captado la rebeldía, la desazón, los sueños y la energía que prende en el corazón adolescente.
El único inconveniente que puede imputársele a esta película memorable es un guión que peca de cierta irregularidad. Me refiero, especialmente, a las escenas de la gruta donde se reúnen los chavales para dar rienda suelta a esa libertad que pugna por vencer sus temores. Es paradójico , porque Weir es un maestro en invocar de la naturaleza todo su espíritu feérico, amenazante y liberador.
Son estos momentos los más convencionales, y el director se muestra incapaz de aunar a los personajes y su entorno.
"El club de los poetas...", es, a pesar de todo, una de estas películas que aceleran el pulso y llenan el pecho de intensa emoción, una de las pocas obras que en el cine se han gozado que mejor han captado la rebeldía, la desazón, los sueños y la energía que prende en el corazón adolescente.