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Documental
Documental sobre Andy Bichlbaum y Mike Bonanno, dos activistas sociales (se hacen llamar "The Yes Men") que, con un estilo parecido al de Michael Moore, han desarrollado una sofisticada variación de Punk'd: se cuelan en cónclaves de megaempresas u organizaciones globales disfrazados de representantes de la World Trade Organization, y exponen ante las cámaras la codicia, estupidez o abierta ignorancia de quienes nos gobiernan. (FILMAFFINITY) [+]
La sátira llega al final, el sueño camina, el mundo olvida el status quo… y piensa, por fin lo hace.
17 de octubre de 2008
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
“The yes men” narra la vida y obra de uno de los grupos antisistema más relevantes de los últimos años. Con una ideología antiglobalizadora y una actitud casi pueril por lo atrevida de la misma, esta pequeña organización multicultural, aunque en su mayor parte son americanos, se ha abierto hueco en el mundo del activismo político.
Durante principios de este siglo, “The yes men” suplantó la identidad en varias ocasiones de la Organización Mundial del Comercio (OMC), haciéndose pasar por representantes de la misma en actos oficiales: conferencias, programas de televisión, eventos públicos por ende. Estos hechos sucedieron en casi todo el mundo, desde Australia hasta Finlandia, pasando por Salzburgo o Nueva York. Esta labor de desestabilización cenital es la trama principal de la película, además de darnos a conocer a los integrantes del grupo.
La OMC es una pieza clave del supercapitalismo actual, junto al Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. Las tres conforman el grupo institucional más importante de la economía globalizada. Todos estos órganos llevan demasiado tiempo predicando un sistema de repartos de riqueza, mientras ejercen políticas dirigidas al apoyo y expansión de las grandes economías y las corporaciones que las soportan. Por todo ello, el trabajo satírico de “The yes men” supone una denuncia justa y necesaria, porque en el escarnio se cuelan las ideas de la OMC sin tapujo alguno, sin hipocresía ni predicas políticamente correctas, como por ejemplo esta idea que aparece en el film: “Ya que tratamos al tercer mundo como si fuera una mierda, creemos un sistema de reciclaje de nuestras propias heces tras haber ido al McDonald´s y vendámoselas más baratas al tercer mundo, esto ayudará a paliar el hambre”.Tal cual, impactante. (Algo relacionado con este párrafo lo escribo mejor en el spoiler, por su relevancia en el film).
Lo curioso del tema es que el público que escuchaba a estos tipos soltando bastadas, menos en el caso de la mierda reciclada, se mostraba impasible, aceptando que el representante de la OMC que les hablaba conocía el tema del que conferenciaba y, por tanto, no había razón para cuestionarle, por muy extravagante que fuese su propuesta.
En definitiva, documental interesante del que se echa en falta más minutaje y profundización, pero que sirve para sonreír, concienciarnos y animar nuestra alma decadente en protesta y medidas represivas para con lo que odiamos.
Durante principios de este siglo, “The yes men” suplantó la identidad en varias ocasiones de la Organización Mundial del Comercio (OMC), haciéndose pasar por representantes de la misma en actos oficiales: conferencias, programas de televisión, eventos públicos por ende. Estos hechos sucedieron en casi todo el mundo, desde Australia hasta Finlandia, pasando por Salzburgo o Nueva York. Esta labor de desestabilización cenital es la trama principal de la película, además de darnos a conocer a los integrantes del grupo.
La OMC es una pieza clave del supercapitalismo actual, junto al Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. Las tres conforman el grupo institucional más importante de la economía globalizada. Todos estos órganos llevan demasiado tiempo predicando un sistema de repartos de riqueza, mientras ejercen políticas dirigidas al apoyo y expansión de las grandes economías y las corporaciones que las soportan. Por todo ello, el trabajo satírico de “The yes men” supone una denuncia justa y necesaria, porque en el escarnio se cuelan las ideas de la OMC sin tapujo alguno, sin hipocresía ni predicas políticamente correctas, como por ejemplo esta idea que aparece en el film: “Ya que tratamos al tercer mundo como si fuera una mierda, creemos un sistema de reciclaje de nuestras propias heces tras haber ido al McDonald´s y vendámoselas más baratas al tercer mundo, esto ayudará a paliar el hambre”.Tal cual, impactante. (Algo relacionado con este párrafo lo escribo mejor en el spoiler, por su relevancia en el film).
Lo curioso del tema es que el público que escuchaba a estos tipos soltando bastadas, menos en el caso de la mierda reciclada, se mostraba impasible, aceptando que el representante de la OMC que les hablaba conocía el tema del que conferenciaba y, por tanto, no había razón para cuestionarle, por muy extravagante que fuese su propuesta.
En definitiva, documental interesante del que se echa en falta más minutaje y profundización, pero que sirve para sonreír, concienciarnos y animar nuestra alma decadente en protesta y medidas represivas para con lo que odiamos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El final es alucinante, me refiero a cuando en la conferencia de Australia “The yes men” como representantes de la OMC declaran la abolición del organismo, culpándose detalladamente de muchos de los problemas del mundo. Es sensacional esta parte por su sensibilidad crítica, por la respuesta de un público anteriormente militante en la ideología de la OMC, asumiendo que el final de la institución es lógico y bueno para el planeta. La sátira llega al final, el sueño camina, el mundo olvida el status quo… y piensa, por fin lo hace.