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Austria Austria · Ciudadano del mundo
Voto de I m feeling good:
9
Serie de TV. Animación. Infantil Serie de TV (1989-1991). 52 episodios. El pato Alfred J. Kwak, tras la muerte de sus padres es criado por un topo llamado Henk. A pesar de tratarse de una serie dirigida a un público infantil, Alfred J. Kwak aborda ocasionalmente temas maduros y muchas veces dramáticos. Es también destacable por el tratamientos de temas políticos. Alfred lucha contra un político homicida (un cuervo que representa al nazismo). También se tratan temas ... [+]
30 de enero de 2009
80 de 88 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace unos pocos días estaba en casa de un amigo con otros colegas. Allí, después de entusiasmarnos con “Europa” de Trier, empezamos a bucear por Youtube. Nos dio por buscar intros de series de nuestra infancia para reír bromas del pasado, al final llegamos más allá durante la siguiente hora.
A principio encontramos las típicas series que todos buscamos al instante: Chicho Terremoto, Bola de Dragón, los caballeros del Zodiaco. Poco después, escarbando en nuestra memoria, fuimos topando pretextos, casi olvidados, con los que saboreamos nuestra libertad a base de mordiscos al bocata de queso y sorbitos finos al colacao de la abuela. En este instante llegó Alfred.

Como si nunca se hubiese ido, se reflejó en nuestras retinas la carátula que veíamos en la pantalla. Nos fascinó encontrarlo en tan distinguida plataforma, con su bufanda enroscada al cuello, sus zambullidos por el mar, el topito remangándose la torpeza y abrazando su orfandad.
Fran apretó el play... el primer acorde de la sintonía se aposentó en nuestros oídos. Recordábamos la serie, algunos mejor que otros, pero según avanzaba la canción, nuestra melancolía aumentaba, mientras sonaban las primeras estrofas nos introdujimos bajo la nostalgia de nuestros 5 ó 6 años.
Cuando terminó el video, miramos nuestras estúpidas sonrisas, fijándonos, asombrados, en el brillo de nuestros ojos. En sus rostros veía una mezcla de inocencia recuperada y tristeza al recordar lo maravilloso de la niñez. No estaba viendo a mis amigos veinteañeros con problemas de veinteañeros, estaba observando a niños adictos al amigo Kwak, locos por su encanto, su amabilidad, sus lecciones sobre cómo se debe aprender a vivir, henchidos de empatía por el eco de sus penas y soportes a varios de sus apoyos. Una serie con mayúsculas que sacó lo mejor que había en nuestra generación.

No sé si ellos vieron lo mismo en mí, pero os aseguro (no se lo contéis a nadie, me da vergüenza) que mientras veía el video me sentí otra vez como aquel niño asustado que deseaba quedarse en casa con su madre, viendo los dibujos de Alfred J Kwak, antes del colegio. Me gustó el reencuentro con el pasado, aunque sentí cierta angustia cuando al rato volví a mi piso, encendí la luz y recordé que la fragancia de mi madre ya se había ido hace tiempo de los muebles.
Me quedé yo solo mientras retumbaba en mis tímpanos el recuerdo de Alfred, barajamos nuestros miedos y entonando felices el "salpica y chapotea, feliz en el agua, no esperes que salga... solo habrá gotitas… Lalaralala…Lalaralala"
I m feeling good
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