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Austria Austria · Ciudadano del mundo
Voto de I m feeling good:
7
Documental Un envolvente color negro enmarca y acoge de principio a fin a los protagonistas de este documental (producido por Julio Médem), transportando al espectador con la oscura poética de este marco a un recorrido laberíntico poblado de espacios múltiples donde los prejuicios se transforman en una invitación de acercamiento a compartir lo misterioso, doloroso, impensable y humano de esta enfermedad que hoy en día afecta a más de 52 millones ... [+]
9 de octubre de 2008
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda estamos ante una buena obra. Que sea correcta en sus conceptos, sintética en la plasmación de los mismos y profusa en su configuración, dan buena Fe de ello. Todo está realizado a partir de dos decenas de invitados, con lo nos adentramos en la enfermedad mental con precisión y respeto a todas las partes en cuestión.
El acceso es confuso a la par que brillante. Sin presentación previa de los protagonistas, los autores de este film nos obligan a ubicarlos según sus palabras y acciones, puesto que debemos recoger la información sin la necesidad de meditar el prejuicio derivado por conocer su profesión. Si no recuerdo mal, este tipo de introducción confusa también la realizó Julio Medem (productor y montador de este documental) en “La pelota vasca”.

El lei motiv de la cinta es didáctico, no hay duda. Nos muestra las múltiples caras y espejos de la esquizofrenia, pero no percibo una obsesión por la cátedra definida, más bien el aprendizaje es una consecuencia propia de la densidad de información, rodeada por aspectos mucho más estéticos que dogmáticos, esto es un valor.

El tema apasiona porque apasionan las bocas que lo explican, la buena selección de expertos del logos (en los que encontramos a psicólogos, psiquiatras y un sociólogo), se contrapone a la experiencia de las víctimas, bien metidas, sin sentimentalismos de saldo ni lágrimas de rebajas. Impresionan pero no apabullan, como debe ser.

El tratamiento visual es correcto, simple, pero pensado. Sólo hay que fijarse en los juegos del blanco y negro de la pantalla verde, más la utilización de la naturaleza muerta como nexo entre epígrafes. Aún así, se les podía haber pedido, quizás, alguna escena fuera del testimonio sentado que habla a la cámara, pero posiblemente esto ya salía fuera del presupuesto.

En definitiva, buena película de Ione Hernández, útil para un acercamiento a la patología reina y más enigmática de nuestro cerebro (bueno, es la reina si no contamos dentro de la patología humana la estupidez del personal que nos rodea en el día a día).
I m feeling good
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