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España España · As Pontes
Voto de Visceral:
9
Drama En la mitología germánica, el momento anterior al Apocalipsis, en el que se trastocan los valores y caen las más altas torres, se conoce como "El tiempo del lobo". Una familia de clase media (padre, madre y dos hijos) huye de la catástrofe ocurrida en la ciudad, y se refugia en su casa de campo. Piensan que así lograrán librarse del caos generalizado, pero pronto comprenderán que eso es de todo punto imposible. (FILMAFFINITY)
15 de mayo de 2006
30 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Michael Haneke no cesa en su andadura crítica partiendo de situaciones y personajes extremos para azotar a la sociedad de bienestar occidental y sus valores establecidos. El cineasta alemán crea en su penúltima obra hasta la fecha (la última es "Caché", 2005) una historia donde un hecho desconocido ha provocado en la sociedad una situación límite, creando un clima de extrema inestabilidad vital para los ciudadanos que pondrá en peligro su supervivencia. De todo ello es muy interesante resaltar que la intención de Haneke no es hacer referencia a la causa que provoca la crisis, sino poner en evidencia la fragilidad de los valores occidentales obviando dicha causa.

Esto puede desesperar a muchos espectadores acostumbrados a un cine más convencional, puesto que en esta, como en el resto de cintas del alemán, se pone al espectador ante experiencias que lo incomodan para así cuestionarse el porqué de aquello que se le muestra y tratar de madurar respuestas, si es que las hay.

El de Haneke es pues un cine difícil de digerir (que no de ver), y que ataca directamente a donde más duele; de todos modos esto no merma su valor creativo y didáctico, sino que lo enriquece más. Así, crea una alegoría universal que recuerda a "El ángel exterminador" del aragonés Luis Buñuel (si bien la que nos toca abarca un espectro más amplio de la sociedad), y es representativa de que en las situaciones extremas el hombre es un lobo para el hombre. De este modo aparecen el egoísmo, la desesperación, la superchería y la fe ciega, los prejuicios, la muerte y la inmoralidad más visceral y profunda que todo lo digiere para luego vomitarlo y regurgitarlo si es necesario para no dejar títere con cabeza. Es decir, instintos primarios de supervivencia que arrasan con casi todo. Por otro lado, la mirada de Haneke no es meramente negativa sino que sabe encontrar resquicios de esperanza en el propio hombre, mostrando así la contradicción que nos rodea constantemente en la vida. Para ello el director no juzga a sus personajes y los deja respirar con las circunstancias personales que los condicionan. Muestra de ello es el francés que primero se puede antojar racista por su ataque al inmigrante polaco, y que al final del film es muestra de sentido común cuando éste parece brillar por su ausencia.

“El tiempo del lobo” es una tremenda ostia que nos muestra lo que podemos llegar a ser cuando las reglas de conducta se obvian y rigen la ignorancia, la necesidad de supervivencia y la ley del más fuerte. Es necesario que siga habiendo cine comprometido (como fue el de Pier Paolo Pasolini) que se asome al lado oscuro del hombre para recordarnos quienes somos, nos planteemos preguntas y saquemos algo en limpio que nos haga crecer.
Visceral
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