Todavía me asombro, que valiéndose de recursos emotivos que se llevan utilizando más de un siglo en el cine, estos sigan funcionando y la califiquemos globalmente superando el siete.

La historia es bonita y emotiva; mezclan errores de la justicia para encarcelar a un discapacitado que no ha cometido ningún crimen. El espectador conoce todo lo que va sucediendo, y esa misma impotencia, genera una mezcla de sentimientos que tanto el manipulador guión como las actuaciones, van provocando gran aflicción en las buenas personas fuertemente impresionables que todavía quedan por el mundo.