Nuestro querido Chaplin acaba por "error" uniéndose a un circo robándose la función y los focos, aunque él no lo sabe. Su improvisada gracia llena las gradas y lo convierte en una pequeña estrella ambulante para sorpresa de todos. En el día a día de las barracas hace amistad y algo más con la joven artista hija del dueño, que es tratada a golpes por su escasa competencia y disciplina artística.

Película a reivindicar del genio. Tiene algunos aspectos negativos que voy a señalar rápidamente. El primero es que la fotografía, al menos de la copia que yo disfruté, es demasiado oscura. Aunque entiendo que puede ser problema de conservación de la copia y no del rodaje, pero me resultó hasta cierto punto incómoda en algunos momentos.

Por otra parte hay un momento de la historia donde aparece un personaje y desaparece momentáneamente poco después, sin aparente explicación, que acaba detonando la resolución de la trama. Detalles sin importancia porque por todo lo demás disfrutamos de poco más de una hora del Chaplin más gracioso y desatado. Realmente es una película divertida, ocurrente y con ritmo desde el principio. La duración ajustada se agradece porque una película muda demasiado alargada se resiente, no es el caso de esta que además tiene una utilización de los intertítulos muy medida y acertada.

Y además el final es una obra de arte como pocas. Se recuerda mucho el final de "City Lights" pero este final no le tiene nada que envidiar sino es que le supera en belleza.