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Voto de Terror Crítico:
10
Terror Durante la noche de Halloween, Michael, un niño de seis años, asesina a su familia con un cuchillo de cocina. Es internado en un psiquiátrico del que huye quince años más tarde, precisamente la víspera de Halloween. El psicópata vuelve a su pueblo y comete una serie de asesinatos. Mientras, uno de los médicos del psiquiátrico le sigue la pista. (FILMAFFINITY)
11 de junio de 2014
18 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fue en el año 1978 cuando apareció "Halloween", un pequeño título dirigido por John Carpenter que se convirtió en una de las películas más influyentes del género de terror. Su argumento puede parecer muy convencional si lo valoramos en la actualidad, pero en el momento de su nacimiento fue tan rompedor como impactante: el pequeño Michael Myers asesinó a su hermana en la noche de Halloween cuando solo tenía seis años. Después de pasar quince años en un hospital psiquiátrico, Michael escapa el 31 de octubre y vuelve a su pueblo para acosar a chicas jóvenes como su difunta hermana.

Carpenter erigió una película magistral gracias a un excelente ejercicio de cine de terror. El director ofreció con esta obra técnicas que no se habían tratado antes en el cine y las convirtió en nuevas fórmulas que se siguen usando en la actualidad. Sin ir más lejos, el famoso prólogo se filmó con cámara subjetiva con tal de conseguir una aproximación total al asesino, situando al espectador en el punto de vista del mismo y haciéndole así partícipe de los brutales asesinatos. A pesar de que Michael Powell ya utilizó esta técnica en 1960 con su film "El fotógrafo del pánico", Carpenter se decidió a ubicarnos en un rincón más profundo de la psicología del personaje situando la cámara detrás de la misma máscara del asesino.

Michael Myers fue presentado como un asesino enigmático, incluso místico, que se paseaba por el apacible pueblo de Haddonfield como si de una sombra se tratase, acechando de una forma inusual en el género. Con estos rasgos, Myers encarna el concepto de la maldad que aparece en un pueblo tranquilo para sumirlo en una sombra creciente que se alarga a medida que se acerca la noche de Halloween. Carpenter no se limitó a rodar una simple película de terror; creó un icono basado en el mal en estado puro. La personalidad del asesino es vacía, no hay palabras ni gestos, y su cara está cubierta por una inexpresiva y neutra máscara pálida. Sin atisbo de emociones ni pensamientos, existe solo el deseo frenético de matar. De ahí la comparación con el hombre del saco, alguien que existe solo en los pensamientos de los humanos que conservan resabios de los primeros terrores infantiles.

La película empieza con el asesinato del prólogo y con la huida de Michael quince años después de los hechos. Durante la siguiente hora de metraje, "Halloween" se desarrolla en espacios libres a la luz del día, para mostrar la calma que precede a la tempestad. La protagonista principal, Laurie Strode (interpretada perfectamente por una jovencísima Jamie Lee Curtis), es una tímida y educada chica que se prepara para hacer de canguro del hijo de sus vecinos durante la noche de Halloween. Su personaje es presentado como la encarnación de la inocencia que sufrirá el brutal acoso del asesino, poniendo al límite su pureza en un escenario de placidez, donde nada malo puede ocurrir. La tercera y última parte del film se centra en la llegada de la noche, momento en el que Michael surgirá como la amenaza más grande que rompe con la tranquilidad del pueblo y la virginal candidez de Laurie, que intenta pasar una calmada noche de Halloween mientras todos sus amigos se divierten en las fiestas. Será en esta parte final cuando Carpenter enfrente a Michael y Laurie como una representación del mal contra el bien y la perturbación total de la figura maligna sobre la figura pura.

En la parte técnica de "Halloween" destaca una elaboradísima fotografía conducida por Dean Cundey que, a pesar de contar con un limitado presupuesto, consigue sacar partido de las imágenes más oscuras del tercer acto del film. Haciendo un tratamiento especial de la imagen, Cundey da protagonismo a la oscuridad y utiliza los tonos metálicos para poder inquietar al espectador, logrando así un gran contraste con la palidez del asesino y una violencia mayor en los realistas asesinatos. Gracias a este acertado tratamiento de la imagen y a un ritmo narrativo con un orden de factores perfectamente seleccionado, Halloween consigue tener una aura de pesadilla que da numerosos matices de terror a las calles solitarias, los silencios perturbadores y cada una de las escenas en las que la presencia de Michael observa a Laurie a través de las ventanas. A todo esto se le suma una excelente banda sonora compuesta por el propio Carpenter que, con unas pocas notas de piano, consigue ponernos los pelos de punta.

En la historia del cine de terror queda ya escrita de forma imborrable la brutal escena en la que Michael intenta asesinar a Laurie tras el armario de madera, un momento que convirtió a Jamie Lee en la nueva reina del grito tomando el relevo de Janet Leigh (Marion en "Psicosis", de Alfred Hitchcock, y que, curiosamente, era la madre de Jamie Lee). También queda para el recuerdo el Dr. Loomis y su obsesión por entender los orígenes del mal de Myers, así como la imagen del cuchillo de cocina usado por el asesino para cometer los crímenes.

*Sigue en el apartado "spoiler" por falta de espacio*
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Terror Crítico
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