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Voto de Don Hantonio Manué:
8
Intriga. Thriller. Cine negro Tras dos años de reclusión, Stephen Neale abandona el sanatorio mental de Lembridge. Se encuentra entonces con un mundo distinto que nada tiene que ver con lo que él conocía. A su alrededor todo resulta inexplicable, sobre todo, el ser víctima de una persecución por parte de agentes del nazismo. Pero, cuando Stephen decide contarle a otras personas lo que le sucede, lo único que consigue es que piensen que está loco. (FILMAFFINITY)
25 de diciembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un paciente de un sanatorio psiquiátrico (Ray Milland) obtiene la libertad en el momento en que las bombas caen sobre Londres y se desata una conspiración de agentes nazis infiltrados, en la cual se ve enredado por una confusión.

Cine hecho en plena guerra, que avisa del enemigo entre las propias filas y en la que puede percibirse la dura realidad del conflicto como algo normalizado (los toques de queda, el metro como refugio de los ataques aéreos…). La muerte ronda a la vuelta de la esquina, como un pasado envuelto en sombras y en dudas morales que acecha a nuestro héroe. Se oculta, bajo una apariencia humanitaria en sus fines, un mal latente y escurridizo, formando una red capaz de torcer y manipular a su antojo. Las fuerzas de la ley se vuelven indistinguibles de las de esa malignidad, pero finalmente se sabrá la verdad de un hombre íntegro.

Pero donde sale ganando este título en apariencia un poco tapado y que incluso el propio director despreció, disputas con la productora mediante, es como ejercicio de dirección colosal, aportando la personalidad visual del alemán a un guion que parece más bien un reciclaje hitchcockiano de falsos culpables, espías, mcguffins a cada cual más tontorrón, incorporando apuntes románticos y cómicos, como el de ese investigador borrachuzo que no pinta demasiado. Se lleva la acción a un territorio expresionista, incluso sobrenatural (una sesión de espiritismo, uno de esos inquietantes ciegos engañosos, perseguido por un paraje gótico…), en la línea de esas fuerzas siniestras, del todo entregada a un sentido espacial que no desperdicia un solo plano. Una sucesión de secuencias compuestas con una plasticidad y un esmero insólitos, jugando con la geometría, el montaje, los contrastes lumínicos y las siluetas (esos tiroteos en medio de la oscuridad), o con una cámara que a veces realiza un movimiento justo pero revelador, colándose incluso algún que otro efecto deformador… juraría que también hace un uso expresivo del sonido y del silencio. Y Milland, un tipo muy versátil y capaz de encarnar a alguien ingenuo y muy normal, sin que le falte un lado turbulento.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Don Hantonio Manué
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