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Voto de Of The Assumption:
8
Drama Elegir entre la vida y la muerte es lo que se plantea cada día de su vida Elvira, una joven pintora que tras varios intentos de suicidio ha descubierto el viejo y azaroso método de la ruleta rusa: una pistola con una sola bala. Su vida cambia cuando conoce a Sofía, una singular prostituta que le muestra el mundo desde otra perspectiva; a Salmu, un pintor ciego que le enseña a pintar los olores, y a Fran, un inocente muchacho que parece ... [+]
19 de septiembre de 2013
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decía Robert Browning que «Cuando la lucha de un hombre comienza dentro de sí, ese hombre vale algo» Y al fin y al cabo, así es. La vida es lucha, y la primera batalla de cada día es por levantarse un día más. Hay gente que ni siquiera piensa en ello, pero hay personas que le dan muchas vueltas, los artistas en especial. Actores, bailarines, pintores o escritores tienen entre el doble y el triple de posibilidades de suicidarse que otros colectivos.

Esta ecuación vital del arte, la lucha, la esperanza, el suicidio, el azar y el destino se trata en Elvira, una película más que interesante de Manu Ochoa y Antonio Travieso. El título se corresponde con el nombre de la protagonista (encarnada por Arianna Fortes) una pintora joven que tiene el problema de ser una suicida compulsiva. Al más puro estilo de Sylvia Plath, el personaje se nos presenta en los primeros momentos tratando de acabar con su vida varias veces. Agresiva, desagradable y trastornada, parece cuestión de tiempo que Elvira consiga atentar con éxito contra su propia vida. Pero, un día, una de las personas que intenta ayudarla le enseña un extraño medio para suicidas basado en el azar y creado por un poeta ruso. Consiste en meter 100 cápsulas en un frasco, 99 de ellas llenas de azúcar y una con cianuro. Cada día hay que tomar una, pero siempre tiene que haber por lo menos dos en el frasco, para que uno nunca sepa si vive o muere. El número se puede aumentar hasta 1000, y con el, las probabilidades de vivir. Pero siempre existirá la posibilidad de que toque el cianuro.

De este modo, nuestra heroína comienza su particular cuenta atrás. Parece que los días se suceden uno tras otro, sin cambios, monótonos. Pero la vida, o el azar, llevan a la solitaria Elvira a conocer tres personas que la marcarán: En primer lugar, Salmu, un pintor ciego que trata de plasmar en sus lienzos los olores que percibe (aunque sus cuadros tienen un aire a Pollock más que sospechoso) y hará que su nueva amiga vuelva a recuperar las ganas de pintar. También conoceremos a Sofía, una extravagante prostituta obsesionada con Casablanca que se convertirá en la amiga de Elvira, pese a ser totalmente opuesta a ella, y conseguirá que salga de su rutina y su soledad. Y por último, Fran, un chico que parece encontrarse siempre en los lugares más inoportunos.

Con, apenas, estos personajes y tres escenarios, Manu Ochoa y Antonio Travieso nos ofrecen largometraje sencillo, pero intenso, en el que las pastillas, que van aumentando su número a medida que Elvira aumenta sus ganas de vivir, actúan como marcador entre escenas. Al fin y al cabo ¿Qué es la vida sin un poco de azar? El apartamento de Elvira, un parque y una casa de citas se irán alternando para ofrecernos situaciones que, en ocasiones, rayan en lo delirante. Especialmente interesante son las escenas del ciego Salmu, que intentan ofrecer la alternativa de los colores para los ciegos en un ejercicio de originalidad sin precedentes. Al fin y al cabo, difícil es poner en pantalla, como decía Susskind, el efímero mundo de los olores. Sin embargo, la película tampoco se libra de algunos defectos de fábrica, como los toques de pretendida comedia, que encarna el propio personaje de Fran, y que resultan forzados en un film que no apuesta precisamente por esos caminos.

Debemos hablar también de Arianna Fortes, joven actriz malagueña que recibe su primer papel protagonista en un largometraje y nos deja sensaciones encontradas. Por una parte, tiene momentos de brillantez, como cuando ejerce de particular Gravenouille o cuando tiene que hacer de mujer fría y prepotente. Pero, en ocasiones, especialmente a la hora de tener que transmitir algo (Ira, dolor, perturbarción) no pasa de ser una bonita carátula vacía. En cualquier caso, el talento se pule y queda aquí un largo recorrido.

Una película hecha para disfrutarse, pues sabe defender su propia historia. A veces, el arte bien hecho, sale adelante no gracias a la suerte, sino a la justicia. Esperemos que así sea.

Miguel de la Asunción
www.cinemaldito.com
Of The Assumption
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