El salto al mercado americano del director coreano de apellido onomatopéyico, se salda con una amena realización y un pulgar arriba por conseguir lo que cualquier film de acción persigue: entretener sin aburrir y salir del cine sin malos rollos por el dinero y tiempo perdido.

Y Shwarzy mantiene el tipo, ya en edad de jubilación, a sus 65 añetes, aun es capaz de mantener el ritmo y el interés en un film de acción constante, bromeando acerca de su propia decadencia, consciente de que la edad no perdona.... hasta verle incorporarse de estar en el suelo, con dificultad, duele por cuenta ajena...

El resto del reparto está regular, con un Noriega menos trazado de lo que debiera, pero suficiente, y un "Jackass" Knoxville poniendo el punto de humor y disparate que viene de perlas al film para añadirle originalidad a una historia westerniana llena de tópicos.

En definitiva, si se busca entretenimiento, tipo ochentero, y bastante acción y humor, ésta es tu película. No es profunda ni original; pero es hora y media de digna evasión mental de la realidad, y en estos tiempos, eso como que se agradece, y mucho. Gracias, abuelo Schwarzy.