Segundo capítulo de la fascinante trilogía que forman con "Face the raven" y "Hell Bent". Cautivador. Apasionante. Un capítulo de historia muy compleja y desasosegante, una obra de artesanía, construida como un inmenso mosaico de muchas e inconexas piezas, que poco a poco, veremos como encajan. Un guión tramposo. Una pequeña maravilla. Nada sobra. Nada falta.

Conoceremos como piensa este duodécimo Doctor, su firmeza y determinación ante la única posibilidad que vislumbra, sabiendo por la tortura que pasará. Escudriñaremos en su psique y en sus trucos mentales para no caer en la desesperación. Su cordura colgará de un hilo, siguiendo pistas inconexas y sin aparente sentido. La habitación nº 12, su duodécima encarnación es la llave. La llave a todo.

De nuevo Capaldi nos deslumbrará. Recomiendo encarecidamente verlo en versión original. La textura de su voz, como nos envuelve y arropa, es fundamental junto a su intensa interpretación. Ese rostro, aparentemente tan frio, nos muestra un universo de sentimientos, cada arruga que se marca en su frente supondrá una nueva y distinta emoción que nos transmite. Y una BSO que percola en nosotros sin apercibirnos y lanzarnos hacia un final desesperadamente hermoso y épico.

Segundo peldaño de una trilogía que marca el periodo de Capaldi en la serie y nos muestra cuan bajo han caído sus guiones en la actualidad.