Demasiado larga. Demasiadas escenas de acción, alargadas hasta el infinito y más allá sin que aporten nada a la historia. Subtramas sin ningún interés, añadidas de clavo y que sin ellas no afectarían al desarrollo de la historia: Legolas, Turiel y su persecución de los orcos por todo el mapa de la Tierra Media.

El efecto champán: cuando abres la botella sale un montón de espuma, vigorosa y con fuerza, pero si dejas reposar la copa, el champán pierde toda su fuerza; lo mismo ocurre a la película: si se reflexiona sobre el film con tranquilidad, se ven los defectos de la misma y lo innecesario de numerosas escenas. Y si uno afina mucho, se advierten escenas repetidas de la Trilogía de los Anillos en cuanto a efectos especiales: el límite del bosque oscuro igual que el bosque de los ents o determinadas escenas de acción de Legolas, como la que usa un escudo a modo de tabla de surf mientras que dispara flechas y que aquí repite... ¡y que aspecto más raro tiene en esta película Legolas!

Las escenas de acción son brutales y bien coreografiadas, sin embargo, esta no es una película cualquiera y esperas encontrar algo más en ella, como en la Trilogía de los Anillos, y ese algo no está.