La campaña en Cataluña, cuando se emitio en TV3, con vallas publicitarias, era: Descubre la serie favorita de la mujer de Robert Redford, o algo así. Me llamó la atención y empecé a verla y ciertamente era muy entretenida, gracias a la química que existía tanto entre el protagonista principal, un magnífico Tom Selleck, y los secundarios, como entre ellos mismos. Unas divertidas interrelaciones entre el inglés encarnado por Hillerman y los veteranos del Vietnam, y ese dueño de la finca, que como Charlie de los Ángeles de Charlie, nadie había visto, y permitía a Magnum residir en su villa para cuidarla. Buenas historias autoconclusivas, un gran sentido del humor, ese pollo de goma que rodaba por el sofá de la casa... La serie destilaba buen rollo y el compadreo de una buena buddy movie. Y nunca había visto un bigote tan bien puesto, hasta que apareció Sam Elliot.

Posteriormente sus protagonistas tuvieron poca suerte, Selleck fue al que mejor le fue.