Como ya comentó la crítica precedente, de Tanomuerto, no está tan mal. Killer Crocodile no es un mal filme. Da lo que promete. Claramente inspirada en "Tiburón" de Spielberg, desde la música de Riz Ortolani, que casi plagia el tema de Williams cuando atacaba el tiburón, al cazador de cocodrilos y que nos recuerda poderosamente al pescador de escualos encarnado por Robert Shaw, y al empleo de los barcos para causar tensión, casi siempre a punto de ser hundidos por la bestia.

Rodada en escenarios naturales, en la República Dominicana, muy bien aprovechados, la historia narrada es algo mil veces visto en otras películas de terror: un animal mutado se transforma en un cocodrilo gigantesco y voraz. Empieza a engullirse personas desde el primer minuto y los que han decidido enfrentarse a él se las verán y desearán para sobrevivir. La gracia, por tanto, está que entretenga. Y cumple de sobras.

Como anécdota biológica, sí existen cocodrilos en Sudamérica y también en la República Dominicana. No solo hay caimanes. Son los denominados cocodrilos americanos. ¿Es original la excusa de la contaminación? Creo que es otro recurso que ya vimos en otra de cocodrilos, aunque en la ciudad, en "La bestia bajo el asfalto". Hay otras películas ambientadas en selvas sudamericanas y posteriores, como "Anaconda"(1992). Sin embargo, prefiero el muñecote de látex del animatrónico cutre de este filme, al CGI horroroso y digital que empleado para la serpiente de marras. De hecho, "Killer crocodile" le va varias vueltas a "Anaconda".

Es gracioso ver como se mueve el cocodrilo. Veloz, en línea recta, atacando con el morro. Cuando atrapa a sus víctimas no las voltea hasta ahogarlas. La engulle de golpe. Prácticamente, más que un cocodrilo parece la reencarnación del tiburón de Spielberg.

En cuanto a las interpretaciones, hay demasiados secundarios que no acaban devorados, con lo que su función en el filme es de un incomprensible relleno. Sobresale Ennio Girolami, en modo Lee Van Cleef, como el cazador poco social. Ciertamente borda al personaje. Tenemos a un Van Johnson como un juez corrupto. Se notan sus tablas. Tendría que pagar facturas. Y el protagonista, el hijo del actor que hizo de "Coronel Trautman", lo hace bastante bien. Como todo filme italiano, todos los protagonistas son rubios y superguapos. En fin ...

Bien dirigida. No aburre. ¿Qué el bicho es cutre? ¡Y qué! Como dije, ofrece al espectador lo que promete, una de monstruos que se comen gente y que va a ser muy difícil matarlo. A mi me ha sorprendido, no esperaba ese nivel en un filme italiano. Fallo mío. Los italianos, y más entre los 80 y 90, solían bordar sus exploitations, aunque fuesen bizarras, eran entretenidas. Y aquí tenemos otro ejemplo.