Simplificación máxima de dos clásicos de la literatura universal, Troya acierta al centrarse en el pesado de Aquiles (como en el poema de Homero) aunque le quita la mayoría de los combates heroicos y minimiza la presencia de los héroes por ambos bandos. De hecho, la grandeza de la obra queda reducida al minimo, respetando algunos momentos clave, como la muerte de Hector o el ruego de Priamo.

Erra la adaptación en el tiempo, reduciendo 10 años a un mes y quizás en hacerlo demasiado serio, cuando el relato de Homero tenía más de cómic de superheroes que de drama griego. En cuanto a como tratan la obra de Virgilio, que relata los hechos desde la visita de Priamo a Aquiles hasta el apocalíptico final, se toman demasiadas libertades creativas, para forzar un final artificioso y ridículo, donde Aquiles recuerda al corneta de "El guateque", no se acaba de morir nunca.

Los valores cinematográficos son discutibles, ni es una buena película de acción (solo hay batalla y media), ni es un buen drama (Pitt parece Narciso mirándose al espejo y no hay quién se lo crea, y el llorado O'Toole aquí no brilla lo habitual en él, completamente desaprovechado), ni es un buen romance desdichado (Helena desaparece del filme a la media hora igual que París). Le falta algo. Le falta el aliento épico. La materia de la que están hechos los héroes. En el filme, son vulgares soldados con problemas mundanos.

Buenos efectos, ambientación y vestuario, pero la historia daba para más, para el culmen del cine épico y se queda en una especie de episodio piloto de una serie mediocre.