9 de julio de 2017
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque resulta un subproducto de tortazos y karatecas, de esos que inundaron los videoclubs desde los años 80, como adaptación bastarda de Dragon Ball tiene más gracia que el engendro aberrante de Dragon Ball Evolution.
Aquí tenemos al cerdo vicioso, a la nube voladora, al bastón mágico, a Piccolo, al Dragón, a las bolas, a Yamcha y su pánico a Bulma, y al viejo verde y salido que es Tortuga Duende. Eso sí, la mayoría con nombres distintos a los originales. Llegan a recrear escenas de la serie original, como cuando el cerdo se transforma en Bulma para que el depravado maestro le pueda ver y tocar los pechos. Y las escenas de acción son tan exageradas, con peleas aéreas, por los bosques y demás tortazos a montones de masillas, que hasta tienen su gracia, aunque al final resulten repetitivas.
Es mala, pero se le tiene que reconocer que tienen cierto respeto por el original. Lo que no tuvo la americana.
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