Humo. Mucho humo. Un guión irrisorio. Para ver el filme con semejante argumento debes aplicar la suspensión de la incredulidad. Y sin embargo, una magnífica narración visual, un excelente trabajo de dirección. "The east" a nivel argumental adolece de credibilidad, tomando todos los tópicos posibles sobre sectas, intercambiables con cualquier filme sobre el tema, batiburrillo infecto y peligrosamente ignorante, por comodidad, que mezcla movimientos anarquistas violentos, ecologismo radical, comportamientos sectarios a lo Familia Manson, unas acciones a lo "Ejército simbiótico de liberación" (grupúsculo terrorista de los años 70 en los EE.UU.) y lideres mesiánicos millonarios. Lo de millonarios siempre viene bien para no tener que dar explicaciones de donde viene la financiación, otro atajo cómodo del guión. En este filme todo es fácil y previsible, a la protagonista no le cuesta nada hallar a los ecoterrorristas, que, por otro lado, se van de vacaciones de vez en cuando para poder justificar que la protagonista pueda reportar sus progresos a sus jefes. Otro atajo acomodaticio del guión. Y luego está el previsible síndrome de Estocolmo, a lo Patti Hearst ¡que original!.

Pero ¿Qué nos muestra la historia sobre esta secta ecologista? ¿Porqué el millonetis guaperas que la lidera como si fuese George de la Jungla se dedica a esas acciones y no a salir en los medios con modelos de medio pelo? ¿Cuál es su motivación? Sobre la organización, básicamente es la venganza personal de los miembros, ya que todas las acciones están relacionada con las propias experiencias, una causa poco o nada desinteresada. Unos miembros, la mayoría universitarios y de familia bien ¡Vaya anarquistas!. Y luego está ese repulsivo comportamiento de secta, con bautizos en porretas en el agua y jueguecitos con la botella como si fuesen participantes calenturientos de "Gran Hermano" para darse besos con lengua y abrazos, como si fuesen teletubbies salidos...

Y la protagonista, miembro de un elitista servicio de inteligencia privado, con todo lo que ello implica, en cuanto a conocimiento del comportamiento rayano en la legalidad de sus clientes, y que se sorprende de lo que encuentra con los ecoterroristas ¿Pero de donde viene, del mundo fantástico de Oz? ¿De un colegio de clausura? ¿Sabe que los niños no vienen de París?

Película de historia tramposa, llena de atajos sin explicación, previsible y pésimamente resuelta. Lo único aceptable es la dirección, con ritmo. No aburre, aunque causa una involuntaria hilaridad.