Irreverente. Inteligente. Desmitificadora. Divertida. Gamberra. Vampiros en Wellington, no en la Habana. Falso documental sobre cuatro vampiros que viven -es un decir- compartiendo piso y que recuerdan a aquellos jóvenes tan descerebrados de la mítica serie británica "The young ones". Y si no sabes que se trata de una comedia hilarante, la primera escena te lo deja claro: una mano sale del ataúd para interrumpir la alarma de un reloj-despertador. Cuatro vampiros descacharrantes que parecen encarnar a las diversas versiones cinematográficas: un vampiro decimonónico, en la línea de los clásicos de la Universal, un Nosferatu feo y calvo como homenaje al cine expresionista alemán, otro vestido de húsar más propio de los filmes de la Hammer y por último, un vampiro melenudo y bigotón, muy activo sexualmente, una mezcla del vampiro de Coppola y los de Neil Jordan. A ellos, se unirá un nuevo miembro, recién transformado, un pobrecillo que solo hace referencias a la saga de "Crepúsculo", presumiendo ante quien quiera oírle que se trata de su no-vida..
Machistas, vagos, incapaces de los quehaceres mundanos - para eso tienen esclavas humanas - sus vivencias nos recuerdan a las de "La familia Adams" o "la familia Munster", ya que departen con otros seres sobrenaturales que viven en Nueva Zelanda y llevan una agenda social con los mismos. Ves a los hombres-lobo con chandal de yonqui ya que "es el único que no se les rompe al transformarse" y como su líder les dice que se quiten la ropa que no quieran que se rompa y la dejen bien recogidita. En el fondo es una sitcom de no-muertos, el extremo risible de aquella abominación patética que supuso la saga cinematográfica "Crepúsculo".

La casa de los vampiros es cutre, se le cae la pintura, está mugrienta, sucia, nada que ver con la de esos vampiros metrosexuales millonarios de la mencionada patética saga, que hasta tenían chimenea para beneficiarse a sus amigas frente a la misma, algo sin sentido pues son no-vivos.

Le cogerán cariño a un humano normal, Stu, por el que se "desvivirán" para que no le suceda nada, ya que les cae a todos de maravilla. Un tipo que no se sorprende por nada de lo que ve ¿son todos los informáticos así?

El climax empezará durante las fiestas del "Carnaval Profano", un party de todas las asociaciones de vampiros, zombies, brujos y demás seres, con algún homenaje a "El baile de los vampiros", como ese baile en el que solo Stu y el zombie se reflejan en el espejo. Los seres se disfrazan e incluso uno de los protagonistas se quiere disfrazar de Blade porque Wesley Snipes gusta a los vampiros.

A nivel actoral, se ve que los protagonistas, en especial el trío de vampiros más humanos, se lo pasan de fábula. Esas caras de Waititi cuando se quiere escaquear de algo son impagables.

El lenguaje fílmico de falso documental les permite no llevar una línea argumental estricta, sino que les permitirá divagar sobre que son y como vivirían entre nosotros estos seres, a que se dedicarían, si pujarían por internet, ti tendrían señora de la limpieza y como se alimentarían sin levantar sospechas.

En conjunto, un filme de los que siempre recordarás por lo bien construido que está y los hilarante que resulta. Una comedia negra acertadísima. Y tiene escena post-créditos.

Visto este filme ¿cómo se les ocurrió a los de Marvel darle a Waititi el personaje de "Thor"? ¿No sospechaban lo que iba a hacer con él viendo esta película?