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España España · Rivas-Vaciamadrid
Voto de Quinto Sertorio:
5
Ciencia ficción Treinta años después de los eventos del primer film, un nuevo blade runner, K (Ryan Gosling) descubre un secreto profundamente oculto que podría acabar con el caos que impera en la sociedad. El descubrimiento de K le lleva a iniciar la búsqueda de Rick Deckard (Harrison Ford), un blade runner al que se le perdió la pista hace 30 años. (FILMAFFINITY)
8 de octubre de 2017
25 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ay, ay, ay. Cuando vi "Blade Runner" de estreno, allá en los 80, me resultó algo lenta, aunque tenía ese algo cautivador, por esa mezcla tan afortunada entre sci-fi, cine negro y película con mensaje. Pero para pocos, porque fue un fiasco comercial. Sin embargo, hoy en día cualquier cinéfilo de pro la tiene en un pedestal y le pone velitas todas las noches. Su éxito posterior, tipo "El Cid" fue, sin duda, justicia poética. Y aunque hay demasiados montajes, yo sigo prefiriendo la que vi en el cine en los 80, la de la voz en off y el final "optimista".

Hay una obsesión enfermiza por hacer secuelas tardías. Lo hemos visto en Psicosis, Lo que el viento se llevó (en TV) y algunas más. Tocar a "Blade Runner" es un ejercicio de suicidio profesional, al menos, a priori. Y cuando se informó de dicha herejía, Denis Villeneuve no había estrenado "La llegada" y no tenia reputación.

¿Qué tal le ha salido? La película no tiene la magia de la primera. Es digna pero fría. Ni escenas memorables, ni diálogos logrados, ni mensaje alguno (¿Qué nos hace a los humanos lo que somos?), una banda sonora castrada por la original, a la que trata de recordar con truenos y ruiditos, sin emoción, demasiado larga (se me ha clavado el asiento), y con personajes que nada aportaban. Una historia raruna, que no tiene nada de cine negro y que recuerda más a "El Corazón del ángel" mezclada con "Her".

Hay ambientes y personajes que homenajean quizás demasiado a la escenografía de la primera (en eso hay que reconocer un trabajo soberbio), con anuncios gigantes, paraguas chinos, lluvia y fideos, apoyado en una bella fotografía y elegante puesta en escena. En cuanto a la interpretación destacar a una gran Ana de Armas (en un papel paradójicamente innecesario), un solvente Ford, mientras que Ryan Gosling luce una involuntaria cara de estreñido que lastra al personaje.

Cuando sales del cine, no recuerdas nada, salvo el dolor en el culo. No hay nada que debatir con otros espectadores. No hay una banda sonora que te capte. No hay grandes escenas. No hay nada. Nada.
Quinto Sertorio
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