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Voto de Quinto Sertorio:
9
5,9
28.188
Ciencia ficción. Drama
En la primera década del nuevo milenio, con avances tecnológicos que engullen la soberanía de la compasión humana, Richard Martin (Sam Neill) compra un regalo, un nuevo robot NDR-114. El hijo más pequeño de la familia le pone de nombre Andrew (Robin Williams). Andrew es adquirido como electrodoméstico casero programado para realizar tareas menores. A medida que Andrew empieza a experimentar emociones y pensamiento creativo, la familia ... [+]
3 de mayo de 2012
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Habitualmente , tendemos a pensar que las películas de ciencia-ficción deben contener una buena trama aderezada con escenas de acción, suspense, emoción, combates espaciales, villanos, alienígenas, héroes...
Sin embargo, no tendría porque ser así. La ciencia-ficción se creó, aparte de emociones y aventuras, para reflexionar sobre sociedades futuras, alternativas, distópicas. HG Wells y su Vida Futura o El Alimento de los Dioses; Aldous Huxley y su ¿mundo feliz? y así un largo etcétera, donde se encuentra Asimov. Esta película capta esa esencia, sin estridencias, sin violencia, acción o asesinatos, pero sí mucha emoción y sentimientos, sin ser de garrafón, sino del bueno.
Esta película ha sido vilipendiada tanto por su reparto, con Robin Williams y sus muecas, como por el director, poco habitual en este género. Sin embargo, componen una buena actuación y una gran película, con momentos de serena belleza, con reflexiones sobre que es el alma humana, que es la bondad y la búsqueda de uno mismo.
La película se ve agradablemente, con una magnífica ambientación, discreta como el filme, con un magnifico elenco de secundarios, encabezado por el gran Sam Neill.
Andrew el robot busca su corazón siguiendo un camino de baldosas amarillas y su mago de Oz particular, con su perro (que no se llama Totó) y lo encuentra junto a su Dorothy particular, su maravillosa Embeth Davidtz. No se la pierdan si quieren ver buen cine.
Sin embargo, no tendría porque ser así. La ciencia-ficción se creó, aparte de emociones y aventuras, para reflexionar sobre sociedades futuras, alternativas, distópicas. HG Wells y su Vida Futura o El Alimento de los Dioses; Aldous Huxley y su ¿mundo feliz? y así un largo etcétera, donde se encuentra Asimov. Esta película capta esa esencia, sin estridencias, sin violencia, acción o asesinatos, pero sí mucha emoción y sentimientos, sin ser de garrafón, sino del bueno.
Esta película ha sido vilipendiada tanto por su reparto, con Robin Williams y sus muecas, como por el director, poco habitual en este género. Sin embargo, componen una buena actuación y una gran película, con momentos de serena belleza, con reflexiones sobre que es el alma humana, que es la bondad y la búsqueda de uno mismo.
La película se ve agradablemente, con una magnífica ambientación, discreta como el filme, con un magnifico elenco de secundarios, encabezado por el gran Sam Neill.
Andrew el robot busca su corazón siguiendo un camino de baldosas amarillas y su mago de Oz particular, con su perro (que no se llama Totó) y lo encuentra junto a su Dorothy particular, su maravillosa Embeth Davidtz. No se la pierdan si quieren ver buen cine.