"Rachel Getting Married" trata sobre la vuelta a casa de Kym, (Anne Hathaway), una mujer quien pasó la mayor parte de su vida entre las drogas, las mentiras y las tragedias. En ese preciso regreso de Kym, resulta que su hermana, Rachel, (Rosemarie Dewitt), se está por casar, lo cual dará lugar al contexto específico para que se rememoren todas aquellas broncas y heridas familiares.

Para empezar, la estrella de la película, a quien todos le apuntaron con su reflector es a Anne Hathaway, cosa que veo como algo entendible, puesto que ella es la protagonista y, es a través de su actuación, que decide cómo nos sentimos y cuál será el tono de la escena o del segmento presente en el metraje. No obstante, me parece que la interpretación de Rosemarie Dewitt es fantástica; ella es un personaje de comprensible sentimientos, podemos entender su frustración, su coraje y su alegría, no es una mujer voluble sino una mujer humana que reacciona ante el medio que la rodea; su personaje representa el eco constante de las relaciones familiares, un tipo de lazo que abarca toda la vida, más allá de las actitudes distantes, la familia es quien más nos conoce.

Todo esto no implica que el personaje de Kym sea malo, es simplemente que hay ciertas trastadas que se forman alrededor de este personaje, las cuales evitan la total entendimiento; se siente como una exhibición simple del director para dar exposición y para generar drama. Aun así, esto se explota más en la primera mitad, ya que, en la segunda, el libreto toma la vía más directa hacia la explosión emocional: la acción.

El estilo del director bebe mucho del cine indie de los 90's, nacido con "Gente como uno" de Robert Redford, hombre pionero del festival de Sundance; este tipo de cine esquiva los tecnicismos elevados para concentrarse en la naturalidad, en la cotidianidad y en la comprensión de personajes con pensamientos, sensaciones e ideas que deben de explorarse. Tal parece que, cuando uno mira una de estas películas, puede confundirlo tranquilamente con un documental guionado.

En el caso de Demme, que para ese momento hacia "El silencio de los Corderos", la dirección se ve reflejada en una cinematografía un tanto inestable, desprolija y muy cerrada, pues se utilizan algunos close-ups de manera innecesaria; además, cuando se gira la cámara es difícil divisar el espacio donde se desarrolla la acción.

Asimismo, como la película es sobre bodas, vamos a ver el procedimiento por el cual éstas se desarrollan, lo cual no es malo, sino que, lo que llega a molestar un toque, es que constantemente vemos personajes secundarios cuya participación será para discursos, fiesta y chistes, lo cual representa a la gracia del filme, al sentido del humor, el cual, al final, se puede sentir algo pesado y cansino.

*Un mensaje sobre el amor:
Cuando uno evalúa las mejores escenas de la cinta, (las discusiones e intercambios entre Kym, su padre, Rachel y la efímera participación de otros), podrá observar lo que evoca el subtexto, un proclama sobre perdonar los errores, aceptar y asimilar que una persona puede cambiar o sobre el amor incondicional hacia el prójimo, el filme no apunta hacia el amor propia, sino hacia el amor a la persona a nuestro lado; como bien lo dijo Rache en su boda: "una buena vida no se mide en cuánto has sido amado, sino en cómo amas a los demás".

En definitiva: Puede parecer la invitación a una boda desastrosa, pero se trata de una invitación a un filme intimista, cercano y bien actuado. Hathaway, Dewitt e Irwin lo dan todo.

Calificación: 7.1/10