Ocean's 8 presenta la historia de cómo ocho mujeres acaban perpetrando el robo de un collar valorado en 150 millones de dólares durante la gala anual del MET en Nueva York.

Con un argumento poco innovador e intentando seguir la línea temática de sus predecesoras, este spin-off, dirigido por Gary Ross, no termina de conseguir el grado de innovación e imprevisibilidad necesario en este tipo de películas, donde mantener el misterio y la tensión es más que crucial. No obstante, la parte de ejecución del robo, argumento sobre el que gira toda la historia, consigue ser lo suficientemente enrevesado, planificado y estratégico para entretener casi por completo durante las cerca de dos horas de duración de la cinta.

Pero sin duda, si algo destaca de "Ocean's 8" es su reparto, compuesto íntegramente por personajes femeninos, interpretados por actrices de Hollywood de renombre y con una larga trayectoria en la pequeña y la gran pantalla e incluso en los escenarios. Especialmente, desde mi punto de vista personal, destacan las interpretaciones de Sandra Bullock, Cate Blanchett y Rihanna, que consiguen aportar a la película cierto dinamismo y esencia.

Es, precisamente, el acertado reparto el que hace la película y la diferencia de sus predecesoras, o al menos, lo intenta, si bien el resultado final no termina de ser lo suficientemente interesante como para que algunas secuencias no se tornen demasiado largas.

Pese a lo interesante de la historia y lo diferente del reparto, la trama es demasiado lineal, previsible en algunas partes y carece, en algunos puntos, de la tensión y/o del humor necesarios en los largometrajes de este género, que hacen que el resultado final no haya sido tan brillante como podría esperarse.

Por tanto, si bien el spin-off resulta entretenido y la trama lo suficientemente sofisticada y calculada, el poderoso y acertado elenco de actrices no consiguen ofrecer al público todo lo que podría esperarse de ellas debido a la falta de innovación del director y la previsibilidad constante de la historia.