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Chile Chile · Concepción
Voto de Juan Antonio:
8
Drama Tras abandonar Dogville, Grace se dirige con su padre a Manderlay, una plantación de Alabama, donde ambos son testigos de los horrores de la esclavitud y la segregación. Segunda parte de la trilogía "Visiones de América", en la que el director danés ofrece su punto de vista sobre un país que nunca ha visitado. (FILMAFFINITY)
11 de diciembre de 2011
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Polémica, formidable, inteligente e interesante son características de la mayoría de los trabajos de Von Trier, pues "Manderlay" no es la excepción. No está Kidman, no está tampoco la sorpresa inicial que deslumbró en "Dogville", pero sin duda esta secuela del maestro danés posee tanto o más fuerza que su antecesora.

Von Trier crea narrativamente una cinta que después de esos primeros diez minutos (lo más débil de la película) se sumerge en un relato apasionante, inteligentemente bien estructurado y que aumenta en tensión hasta llegar, una vez más, a ese soberbio e impactante final lleno de dobles lecturas, añadiéndole además los créditos que es absolutamente necesario visionar.

Como dije, "Manderlay" tiene varios puntos de vista, todo ellos enlazados con el concepto de esclavitud. Yo me quedaré con una doble mirada. La primera tiene que ver con lo evidente, con aquella forma de vivir que existía en Estados Unidos, con ese trato hacia los negros, violencia, odio, rencor, racismo, etc. La tesis del autor, estemos o no de acuerdo, está muy bien argumentada. El nuevo sistema de gobierno contrae con ello nuevas leyes, en definitiva, nueva forma de vida. La resistencia al cambio de los negros es lo que propone el director, resistencia que obviamente está marcada por la costumbre, por el status quo y además por la coercion que ejercen las autoridades, donde la libre elección no es tan libre.

La segunda opinión, tiene que ver con la capacidad de Von Trier de mostrar la creación de un nuevo estado o de la modificación de uno antiguo imponiendo los principios básicos de la democracia, el voto, la distribución de deberes, el uso del poder, la decisión. En Manderlay existia un código (Ley del Ama), que fue cambiado por la fuerza por los blancos (Grace) y mediante el uso de las armas fueron obligados a aceptar las nuevas reglas, pero ¿eran felices asi?, ¿merecía la pena un cambio?. La pelicula responde eso al final con gran maestría, y a la vez nos hace cuestionar el idealismo de la democracia, sistema que está lejos de permitir que el pueblo gobierne, primero por cuestiones prácticas, segundo por una cuestión de poder y de su uso.

En resumen, "Manderlay" es una gran película, aplicable y comparable a cualquier realidad (Afganistán, Iraq, Africa, Sudamerica), no sólo a los negros, donde por medio de la fuerza nos imponen regímenes que son tan impracticables e imposible en lugares donde el status quo (por muy criticable que este sea) parece ser la mejor opción. Cada pueblo tiene el gobierno que se merece y Von Trier con esa fuerza narrativa propia de su obra, plasma la idea de una forma sencillamente notable. Recomendada.
Juan Antonio
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