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Chile Chile · Concepción
Voto de Juan Antonio:
7
Drama Lora Meredith (Lana Turner), una actriz viuda en paro, vive con su hija adolescente (Sandra Dee) en Nueva York. Un día, conoce por casualidad a Annie, una mujer negra (Juanita Moore) a la que contrata como sirvienta. Ese mismo día conoce también a Steve (John Gavin), un fotógrafo que se enamora de ella. (FILMAFFINITY)
20 de marzo de 2023
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Douglas Sirk fue un tremendo director. Apodado el “rey del melodrama” creó, sobre todo en los años 50, verdaderas piezas maestras del séptimo arte como por ejemplo “Tiempo de amar, tiempo de morir” (1958), “Escrito sobre el viento” (1956) y “Sólo el cielo lo sabe” (1955), entre otras.
“Imitación a la vida” está basada en la novela de Fannie Hurst y fue protagonizada por Lana Turner y John Gavin. Aunque sin dudas, los puntos más altos del reparto actoral fueron Susan Kohner y Juanita Moore, quienes interpretan a los dos personajes más complejos y exigentes de la película.

La historia tiene más de un hilo narrativo. Por una parte, Lora Meredith (Lana Turner) en su afán de consolidarse como una actriz de teatro de respeto, intentará con persistencia y constancia cumplir su objetivo. Una vez logrado aquello, el costo afectivo, familiar y personal que Lora debe asumir es altísimo, dejando de lado en muchos aspectos a su hija.
Por otro lado, la sirvienta de Lora (Juanita Moore), una mujer de color, tiene una hija que reniega y se avergüenza de su madre por su raza. Es en mi opinión, esta relación, la más dura y dramática de la película. Hay escenas que realmente conmueven, sobre todo en el tramo final.

Son varios los puntos fuertes de “Imitación a la vida”. Las actuaciones, la dirección de Sirk, pero por sobre todo el guión, convierten a esta obra en un pilar fundamental del género dramático norteamericano de los años 50. Resulta magistral la construcción y evolución de los personajes en sus anhelos, frustraciones y afectos. También sorprende la capacidad de su director para exhibir a la sociedad norteamericana en relación al racismo, al sueño americano y la búsqueda de la felicidad. Por supuesto, nada de lo señalado es retratado con positivismo, dejando al descubierto realidades que son secretos a voces.

Muy buena película. Recomendada como toda la filmografía de un director que entendía el cine como la vida, sin imitaciones y plasmando en imágenes la radiografía fiel y certera de una sociedad que en varios sentidos está enferma.
Juan Antonio
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