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Madagascar Madagascar · París, Texas
Voto de Hanshiro Tsugumo:
8
Cine negro. Drama Con sólo catorce años, Tolly ve cómo cuatro encapuchados asesinan a su padre. Veinte años después, su único objetivo es encontrarlos para satisfacer sus deseos de venganza. (FILMAFFINITY)
23 de febrero de 2017
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre digo que el género cinematográfico más difícil es el cine negro: mantener el suspense tratando de no perder realismo, hacer giros de guión sin que parezca absurdo o manido, contar una historia que no termine siendo un absoluto caos para el espectador; demasiadas cosas a tener en cuenta. Muchas veces se cae inevitablemente en situaciones improbables, mil veces vistas o se monta un barullo que no se entera ni el director. Pero ahí tenemos gente como Samuel Fuller, un tipo que no se anda con florituras y va directamente al grano, todo bien atado, sobrio, conciso y violento. Y aquí tenemos otra muestra del gran cine que nos ha dejado un director del que hace tiempo que soy fan y que cada película suya que veo me anima a ver otra más.

Como es habitual en su filmografía, se trata de una película de serie B en cuanto a los medios económicos, pero en el resultado final es difícil darse cuenta de ese detalle, pues está a la altura de grandes obras del género noir. Cliff Robertson, a quien vi por primera vez haciendo de presidente Trump en “2013: Rescate en L.A.”, era en sus tiempos mozos un duro del cine, y aquí clava el papel de un tipo bien duro en busca de venganza hacia los jefes de una sociedad mafiosa, que controlan todas las actividades criminales habidas y por haber.

Estamos ante un gran film noir, sólido y ante todo con las cosas bien claras, sin entrar en enredos que desconciertan al espectador, como sucede en otras películas como “El sueño eterno”, paradigma de la trama enredada, pero a pesar de ello buena película. Pero son películas como “Underworld USA” o “Sin conciencia” (de Raoul Walsh, otro que no se andaba con chiquitas) donde se demuestra verdadera calidad, con situaciones posibles y bien contadas, donde las cosas quedan bien claras y cuando se cierra el caso da la sensación de que realmente el caso está cerrado y no ha quedado nada en el aire o sin entender. Cuando sucede lo contrario, hay que buscar a los culpables entre directores y guionistas. Larga vida al cine negro.
Hanshiro Tsugumo
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