Lo cierto es que me esperaba muchísimo más de esta película tan aclamada en el cine de terror de principios de los setenta, pues incluso ha sido calificada de obra maestra de Polanski... En fin, la atmósfera cerrada muy conseguida, un hilo argumental sin cortes, ciertos detalles interesantes como los del amuleto, los libros de brujería, y el semisueño diabólico de la protagonista, que nos introducen casi sin darnos cuenta en el inquietante mundo de los seguidores de lo oscuro, pero la película se hace demasido lenta, llegando a ser pesada después de hora y media (que casi no conduce a nada), las interpretaciones protagonistas no ofrecen variaciones en absoluto, en especial la de Cassavettes. Por eso, el espectador espera con impaciencia al final, aguardando algo que no sea lo que ya se nos ha mostrado anteriormente casi de contínuo y que sea la culminación de un proceso mascado y afixiante, pero la verdad es que no hay nada nuevo, ya que lo que se muestra es una opción con la que se contaba casi desde el principio. Por eso da la sensación de que la película se queda como colgada, sin nada más que decir, lo que provoca el predecible final basado en la reacción materna de la protagonista.

En definitiva, una película que incluso llega a ser algo aburrida, y sobre todo poseedora de una profunda decepción final que sólamente se maquilla con las imágenes de esa cuna dantesca que consigue ponerte los pelos de punta.