Película de acción creada a mayor gloria de Vin Diesel, que para eso es productor. Con un guión tópico y unos actores que pasaban por allí (Caine, a tus años ¿Para qué meterse en estos charcos?) especialmente Elijah, que se está hundiendo cada día más en su Mordor particular.

Lo peor, sin embargo, es ver como la edad y el abandono está convirtiendo a uno de los iconos del cine de acción actual en un señor mayor, gordo y con papada. Tal vez sea lo más triste de la película, comprobar como se cae un mito. De aquella presencia magnética y rezumante de testosterona de Riddick o Fast&Furious no queda nada. Porque físicamente está destruido y en el plano dramático ni está ni se le espera. De hecho, salvando las distancias, parece una mezcla de los Nicholas Cage y Steven Seagal actuales.

Pero bueno, es lo que hay, el tiempo pasa para todos. Por lo demás la peli es sincera en su intención de entretener sin pretensiones y en copiar todo lo que puede de Constantine o Van Helsing, por ejemplo. Se pasa el rato y ya está, casi causa ternura ver que intentan iniciar una saga que nunca existirá.

Y que alguien le traiga una silla y un bocata al señor Diesel, por favor...