Alejandro González Iñárritu ha cambiado de registro, y ha buscado en la comedia los galardones que el drama no le proporcionó; reconocimientos a las puertas de alcanzar cada año, casi al borde de lograr año tras año, y que si bien por el tono de esta película, y quizás también por la ausencia de verdaderas obras maestras entre las contrincantes presentes, ha conseguido lograr en este curso cinematográfico del 2014.
La cinta es notable. Destacando unas interpretaciones (todas ellas, desde Keaton hasta Amy Ryan ) totalmente volcadas e involucradas en el proyecto, con un ritmo narrativo ecléctico y trepidante ( característico del autor, a lo que la música ayuda a espuertas) y una fotografía brillante y sublime (con el toque brillante de Emmanuel Lubezki). Todo estos aciertos hacen que la obra agrade y merezca su regocijo, a pesar de que la historia y su temática, salvo en algunos momentos mínimos, no sea demasiado emocionante o interesante; y es que las entretelas de los escenarios de Broodway no es que sean de los temas más atractivos que se puedan exponer a los espectadores corrientes, a pesar de edulcorarlo con el néctar de los pajarracos superhéroes renaciendo en Time Square cual Aves Fénix vengadoras.