Este drama épico con la habitual coletilla atrayente de "basado en hechos reales", roza la heróica. Historia emocionante y brillante gracias a una fotografía sublime y a la laboriosa labor realizada por Peter Weir, genial contador de epopeyas como ya demostró en Master and Commander.
Posee la cinta un aroma a film clásico, viaje y aventuras sin descanso, con personajes bien definidos (en casi todos los casos) y correctamente interpretados por unos actores cuasi desconocidos (salvo en el caso de Ed Harris y Colin Farrell, grandes estrellas de segundo escafón).
La música contribuye adecuadamente a la emoción expresada, usada de manera brillante, solo en momentos escogidos. A pesar de lo increible del viaje realizado, todo parece factible, real, creible. Sin embargo, descubrimientos posteriores, nos han descubierto el engaño del autor, siendo rescatado, en lugar de fugarse como relata en el libro. Aún así, como película merece su inexcusable visionado; un disfrute para nuestros sentidos, a pesar de que cualquier viaje, cualquier aventura, si dura mucho, puede llegar a ser cansina.

Como aspectos más positivos: Ed Harris, en un papel que le sienta como un guante de latex; y la fotografía, capaz de mostrar la belleza desde el desierto del Gobi hasta el Himalaya tibetano.
Como aspectos más negativos: Collin Farrel, en un papel algo innecesario; y la duración del metraje, con algún momento de bajón.